Jorge D’Andrea, titular de la Asociación de Trabajadores de la Sanidad Argentina (ATSA Hurlingham), expresó abiertamente su ninguneo al reclamo de trabajadores de la ex clínica Constituyentes, de Morón, devenida en sanatorio Santa Clara a partir del desembarco de la Red Basa, una empresa del Grupo Olmos dedicada a servicios de salud.
Como si fuera poco la descalificación que hombres y mujeres que pelean por una deuda histórica que el establecimiento mantiene con ellos y sus respectivas indemnizaciones tras haber quedado en la calle, el sindicalista parece estar, al menos en su exposición pública, de ambos lados del mostrador.
Por momentos en sus palabras se oye un tibio reclamo en formato de dirigente gremial preocupado por garantizar fuentes de empleo para el sector. Por el otro se muestra como defensor de intereses de la nueva patronal, indica que son “80 trabajadores” los que están en conflicto y “sólo 15 los que protestan”. Sus dichos fueron al programa AM de canal 7 de Flow.
Cuando comenzó su respuesta sobre la situación laboral de quienes reclaman, D’Andrea se refirió a “la mentira de algunos pasquines de Morón, que decían que el gremio había abandonado a los trabajadores, que los había dejado y que había abierto una nueva empresa”.
Sin decirlo, es Primer Plano Online el único medio que viene dando cobertura a la lucha de ese grupo de personas, que visibiliza su angustia y que pone cámara y micrófono a su cuestionamiento para con el sindicato. Y no de ahora sino de años: basta sólo con repasar el archivo digital, que se puede consultar con la lupa que aparece en la portada.
La llegada del Grupo Basa a la ex clínica Constituyentes
D’Andrea también tuvo una curiosa pirueta para explicar cómo llegó la empresa del Grupo Olmos a hacerse cargo del establecimiento. “Lo que hizo este grupo creímos que era alquilar la clínica; hoy sabemos que compraron. Fue un acuerdo de parte entre el gremio (UOM) y el dueño anterior. Fue un mal manejo de esta nueva empresa, desconociendo un montón de situaciones que habíamos vivido los trabajadores”, se sinceró el sindicalista.
Según sus expresiones, ese “mal manejo” derivó en una denuncia al Ministerio de Trabajo, con lo cual se pudo establecer que al lugar lo compraron, con lo que eso implica: activos pero también pasivos, como las deudas con los que, según D’Andrea, son 80 trabajadores.
“Algunos de ellos se han considerado despedidos, ya no tienen posibilidad de entrar. De esos 80 trabajadores, BASA se va a juntar con cada uno de ellos a ver su situación”, indicó, sin aclarar de dónde surge ese número.
De hecho, también se esperanzó: “espero que no solamente tengamos los 180 trabajadores que ya vienen con esta empresa sino que seamos los 420 trabajadores que éramos antes del cierre de la clínica”.
Hasta ahora eso no pasó y todas las semanas hay protestas en las puertas de Santa Clara, la nueva denominación del lugar. La mayoría no le conoce la cara al capo sindical ya que jamás participó de las decenas marchas y movilizaciones que se realizaron en Morón.
