El pasado 23 de septiembre la mamá de una alumna de la Escuela Primaria Nº 23, ubicada en Bermejo al 3400, entre José Mármol y Segurola de la localidad de Libertad, en Merlo, denunció que a su hija de 6 años la maestra “la había zamarreado fuertemente” dentro del aula y “llevado a un rincón” mientras la agredía.
Esa presentación en la comisaría de la jurisdicción, en la que la mujer habló de su hija “con moretones en sus brazos” y planteó que la docente en cuestión “siempre agarra de esa manera a sus compañeritos” derivó en el inicio de una causa judicial por averiguación de ilícito. Sin embargo, en dos meses la causa fue desestimada.
Según resolvió ayer el fiscal Hugo Ravizzini, de la UFI Nº 7 del Departamento Judicial Morón, la madre de la menor al ser convocada a prestar declaración manifestó que su hija “no había resultado lesionada producto del accionar de la docente”, y “tampoco acompañó constancia alguna de atención médica de la niña”.
Por eso, “no se ha podido establecer la existencia de ilícito alguno que encuadre en alguna de las figuras delictivas del Código Penal, por lo que de conformidad con lo dispuesto por el art. 290 segunda parte del C.P.P. corresponde la desestimación de las presentes actuaciones por no constituir delito alguno”, puntualizó el funcionario.
La reflexión del defensor de la maestra y la derivación del caso
Los datos de la maestra no serán publicados porque, en rigor, termina siendo víctima de una situación que se convirtió en una costumbre. El trámite judicial, según el protocolo vigente de la Suprema Corte de Justicia bonaerense, pasa a la Oficina de Archivo Departamental en carácter de archivada, y se deberá proceder a su destrucción a partir de transcurridos 10 años de la resolución adoptada ayer.
“Los docentes no sólo son víctimas de constantes denuncias y causas penales por presuntos abusos sexuales sino también por maltratos físicos o lesiones a sus estudiantes, algo que es una verdadera locura”, reflexionó el abogado Sebastián Chouela, defensor de la educadora y especialista en la temática.
Sin embargo, pese al archivo de la causa, por protocolo se abre una investigación paralela contra la familia de la menor. Es que inicialmente la maestra la había citado a la escuela para contarle de algo que contó su propia hija en el aula: que ella (la mamá) le pegaba y que su progenitor le había tocado las partes íntimas.
