Funcionarios del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) realizaron durante el fin de semana una exhaustiva inspección en la ganadera San Roque, donde el pasado viernes fue detectada una fuerte pérdida de amoníaco a raíz de la rotura de un caño interno, y decidieron liberar parte de la mercadería que permaneció secuestrada hasta los análisis de rigor.
Según la información oficial a la que accedió Primer Plano Online, la requisa estuvo a cargo del jefe de Servicio del organismo, Ángel Hugo Rodríguez, quien le comunicó a la Justicia de Faltas interviniente que “habiendo controlado la mercadería existente en las cámaras clausuradas se precede a dejar intervenidas las cámaras 3 y 4 para su decomiso directo por haber sido afectadas las medias reses dispuestas en las mismas por la pérdida de amoníaco”.
Asimismo, el funcionario detalló que las cámaras frigoríficas 2, 10 y 12 “quedan intervenidas momentáneamente para ser revisadas y constatar los caracteres organolépticos”, todo eso previo a su carga para distribución y posterior comercialización. Eso se hizo anoche domingo, mientras el resto de la carne almacenada en otras cámaras quedó liberada desde el mismo sábado.
Una vez concluida la inspección, las autoridades del establecimiento productivo cárnico solicitaron al juez de Faltas permiso para el ingreso de camiones a la ganadera con la finalidad de reemplazar el amoníaco que había sido perdido por la fuga a raíz del siniestro y así “continuar dando frío a las medias reses que no fueron alcanzadas” por el fluido.
“Es indispensable proceder a la recarga de dicho gas a los efectos de estabilizar el sistema de frío para que la mercadería se mantenga en condiciones”, detallaron en su escrito los responsables de la firma. A partir de la autorización es que desde la noche del sábado se empezó a observar en el lugar movimiento de camiones, tal como hicieron saber vecinas y vecinos de la zona a Primer Plano Online.
Como informó este medio en exclusiva, el frigorífico San Roque fue clausurado momentáneamente el viernes pasado al mediodía y 2.500 medias reses quedaron secuestradas por la fuga de amoníaco producida por la rotura de un caño interno. Al momento del hecho, tres trabajadores cumplían labores en la empresa.
La ganadera está ubicada en la calle Hipólito Yrigoyen al 1.400, y no es la primera vez que con la empresa ocurren hechos que afectan al barrio. Primer Plano Online supo publicar en 2020 el derrame de 500 mil litros de sangre animal que inundaron las calles de rojo y hace algunas semanas también fue noticia por el escape de vacas que estaban listas para ser faenadas.
Más allá de la inspección del Senasa y lo que resultó de la investigación sanitaria, permanece abierto el debate entre la vecindad y las propias autoridades locales sobre si es correcto que un emprendimiento de esa naturaleza funcione en el corazón de la ciudad.