La caída de venta de medicamentos sobre todo para tratamientos crónicos fue casi del 10% en el primer semestre de este año. Así de desprende de un informe realizado por la Confederación Farmacéutica (COFA), que pone el alerta sobre la salud de la población, que por cuestiones económicas deja de adquirir insumos indispensables para su bienestar.
Según los datos recopilados en el relevamiento, luego del período de la pandemia que en Argentina se inició en marzo de 2020, hubo un repunte de unidades en 2021 y un pico de ventas durante 2022, cuando la cuestión sanitaria fue prioridad en el colectivo social. Sin embargo, ya flexibilizadas las restricciones, en 2023 comenzó el decrecimiento de la comercialización y en 2024 el descenso llega al -9,26 por ciento.
El tema que despierta inquietud en profesionales de la industria farmacéutica es que la baja alcanzó a productos vinculados a patologías del sistema nervioso y cardiovascular, algo que da cuenta del incumplimiento de los denominados tratamientos crónicos.
“Los antiinfecciosos sistémicos, los productos del sistema génito- urinario, los productos de los órganos de los sentidos y del sistema respiratorio evidencian mermas muy importantes. La baja total del mercado alcanza al 9,36% y representan 35.249.159 unidades menos dispensadas”, precisaron desde COFA.
El medicamento entendido como un bien social y no de consumo
La industria farmacéutica insiste en que el medicamento “no es un bien de consumo sino un bien social”, y su demanda responde a problemas de salud que deben ser resueltos o controlados. Es decir, comprarlos es decisivo para el devenir del bienestar sanitario de la población.
“Esta baja tan significativa, cercana al 10%, es más que preocupante. Ese porcentaje representa -35,3 millones de unidades menos dispensadas en los primeros 6 meses del 2024 con respecto a igual período de 2023. “La mayoría de los grupos terapéuticos disminuyeron su compra”, estimaron desde la entidad.
Y ejemplificaron que uno de los grupos que disminuyó “significativamente” las unidades dispensadas fue el de los antiinfecciosos sistémicos (-10,73%). Tal vez el cumplimiento de la Ley de Prevención y Control de la Resistencia a los Antimicrobianos (Ley 27.680) y la necesidad de la receta para su adquisición, haya desalentado la automedicación.
También hubo una retracción cercana al 11,6% en los productos del sistema respiratorio en el contexto de un invierno que se adelantó y que fue crudo como hacía rato no se experimentaba. El descenso fue “brusco” en medicamentos del sistema músculo esquelético (-22%), porcentaje representado por -7,4 millones de unidades, y en productos dermatológicos (-20%), con 5,6 millones de unidades menos.
“La baja importante en la dispensa en unidades de todos los grupos farmacológicos podría explicarse por la profundización de los problemas de la economía en nuestro país, un tema que incumbe obviamente al mercado de medicamentos pero que va mucho más allá”, reflexionaron desde COFA.