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viernes, enero 24, 2025
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El dolor de la mamá de Florencia Velázquez y el temor por lo que pueda ocurrir con el nieto que cría

Daniela Pereyra Aquino tiene 58 años y más de la mitad de su vida la vivió en la Argentina. Llegó a nuestro país en 1986 y está “eternamente agradecida” con lo que esta tierra le brindó. “Me dio todo lo que mi país no me dio”, afirma en una charla telefónica con Primer Plano Online para hablar de un caso que la tiene como protagonista central, y es el juicio por la muerte de su hija.

Como contó Primer Plano Online, el juicio por el caso Florencia Velázquez se está llevando a cabo en los Tribunales de Morón. El acusado de femicidio es quien fuera pareja de la chica en vida, Leonel Cabral, quien además es padre de Donato, el nene de seis años que es criado por su abuela materna.

Esa ciudadana más argentina que paraguaya vive estos días con una tensa calma, que se altera por momentos. “Los primeros días del juicio vine muy esperanzada, pero a lo largo de estos días escuché cosas muy jodidas sobre mi hija que fueron muy difíciles de tolerar. La familia de Cabral, a quienes les abrí las puertas de mi casa para que vengan a ver a mi nieto, acusaron a mi hija de camorrera y de otras cuestiones que me dolieron mucho”, reflexiona durante la charla con este medio.

Leonel Bladimir Cabral e nel banquillo de los acusados por el femicidio de su pareja y madre de su hijo

Si bien espera que se pueda esclarecer en el debate oral y público lo sucedido con su hija, que ella está segura no se hizo daño a sí misma sino que fue víctima de un ataque de ira de Cabral. “Cuando vinieron a hacer la reconstrucción a mi casa, mi sobrina observó todo y desmintió todo lo que él decía. Aparte hay algo sencillo: él dice que ella se estaba tirando el alcohol encima. Si vos estás viendo eso, ¿no vas a gritar? ¿No vas a pedir ayuda? Pero no, no hizo nada. Si la hubiera querido defender lo podría haber hecho”, explica con la simpleza de quien ansía saber la verdad.

El atrapante juicio en Morón por el caso Florencia Velázquez, la joven que murió prendida fuego en su casa de Pontevedra

“Solamente ellos dos saben lo que pasó. Y él dice que fue ella, cuando mi hija no se puede defender”, acota. “Yo seguí adelante por mi nieto. Vivimos los dos solitos acá en la casa. A mi hija su padre la abandonó cuando tenía tres años y ahora a mi nietito le pasó lo mismo. Un día su subió a una ventana y preguntaba por su mamá. ¿Y qué le decís a una criatura? Todos me dicen que soy fuerte, pero lo soy por él, por Donato”, se explaya en el diálogo con este medio.

La fiscalía de juicio está representada por Hernán Moyano y Paula Hondeville, que el jueves presentarán su alegato sobre el caso

Varias cosas pasan por su cabeza. La primera es qué puede llegar a ocurrir con su nieto si Cabral no es condenado. Eso la paraliza. “Un año y seis meses luché para tener la tenencia de él. Donato lleva el apellido de mi hija porque yo le pedí a ella que no le ponga el apellido de él, que cuando se enteró que estaba embarazada se borró”, recuerda.

Y le cambia la voz cuando habla del chiquito. “Pregunta por la mamá de vez en cuando y el otro día, pasando por el cementerio Santa Mónica, le preguntó a mi sobrina, que es su madrina, qué era eso. Ella le explicó la verdad y le pidió ir, y fue a llevarle una flor a su mamá”, cuenta con lágrimas en los ojos.

Para cerrar la entrevista también se anima a pensar en el final del juicio. Y deja una frase que la representa. “Él (por Cabral, el acusado) se contradice mucho y no dice cómo fueron las cosas. Yo espero que haya una condena, pero si no lo encuentran culpable espero que, si sale de la cárcel, ojalá haya aprendido a ser una persona distinta y mejor”.

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