Luego de la última ruidosa protesta realizada bajo el fuerte temporal del viernes pasado en la puerta de la ex clínica Constituyentes, devenida en sanatorio Santa Clara, trabajadores que reclaman el pago de las deudas que la patronal mantiene con ellos y la reincorporación a sus puestos de empleo empezaron a recibir amedrentamientos por los cuales apuntan al gremio ATSA Hurlingham (Sanidad), y particularmente a su titular, Jorge D’Andrea.
En la última manifestación, que como tantas otras contó con la cobertura exclusiva de Primer Plano Online, un allegado al mencionado sindicato estuvo sacando fotos y filmando a quienes hicieron escuchar en su protesta. A los pocos minutos, cual servicio de inteligencia esas imágenes llegaron a los dispositivos móviles que esperaban en la sede sindical de la calle Casullo 261.
El capo D’Andrea es el principal apuntado por los trabajadores despedidos. Lo acusan de soltarles la mano y acordar rápidamente condiciones con los nuevos dueños de la clínica para reabrir las puertas del establecimiento sanitario bajo un nuevo formato.
Es curioso: hay hombres y mujeres con años de servicio en la anterior clínica que no cobraron sus salarios, medios aguinaldos e indemnizaciones y cuando una empresa compra otra se hace cargo por completo de todo, del activo y del pasivo. Sin embargo, ATSA se desentendió de la situación de quienes peticionan lo adeudado.
La bronca contra D’Andrea y una luz de esperanza para solucionar el conflicto de la ex clínica Constituyentes
En una entrevista con el programa AM de canal 7 de Flow, D’Andrea descalificó las protestas: dijo que son “80 trabajadores” los que están en conflicto y “sólo 15 los que protestan”. En esa misma charla reveló que inicialmente creyó que el Grupo Olmos, titular de la Red Basa, nueva propietaria del sanatorio Santa Clara, había alquilado el lugar. “Hoy sabemos que compraron”, expresó, con lo cual ratifica la ira del los despedidos.
En épocas libertarias, donde los derechos laborales aparecen en jaque, lo que hizo el gremio ATSA en los últimos días es una suerte de individualización “de los quilomberos”, tal como denominan a los trabajadores. También, según contaron desde el colectivo de despedidos, reciben llamados telefónicos con una voz masculina que exige “paren con las críticas al Negro”, en alusión a D’Andrea.
“Fijate que la cosa se está poniendo muy caliente”, escuchó otro de los manifestantes, mientras que en el mensaje también hubo palabras dirigidas a que “no hablen con Primer Plano, que es un pasquín de cuarta”. Lo más inquietante: “la Policía fue al gremio y le pidió a Jorge los nombres de ustedes”. Para ese grupo de hombres y mujeres que pelea por sus derechos, todo esto “es un apriete directo del gremio”, porque son hechos por una persona del entorno de D’Andrea.
En este oscuro panorama se abrió un canal de diálogo entre los nuevos propietarios de la clínica y los trabajadores. Hoy miércoles comenzará la primera tanda de reuniones para tratar de arribar a un acuerdo. La mayoría de las personas son representadas por abogados, que son los que estarán presentes en esta primera instancia. Dos de los matriculados que representan a los trabajadores son Pablo Lamoglia y Federico Pages.
Los temas sobre la mesa son dos: la cancelación de la deuda y la posible reincorporación bajo una nueva relación laboral. Al mediodía comienzan los encuentros y se conocerá el espíritu de la patronal y qué decide cada trabajador.
