La Dirección General de Cultura y Educación bonaerense salió a defender la reforma educativa que se aprobó por unanimidad para la Escuela Secundaria. Luego de la lluvia de críticas que recibieron los cambios promovidos por considerar que eliminar la repitencia iguala para abajo, uno de los funcionarios centrales del área educativa explicó cómo se instrumentarán y bajo qué conceptos fueron pensados.
“La repitencia no ayuda a mejorar los aprendizajes”, manifestó Gustavo Galli, director provincial de Educación Secundaria, en diálogo con el canal A24. “Los estudiantes aprenden más cuando tienen más acompañamiento que cuando repiten”, agregó a modo de consigna primordial.
Es decir, lo que implementará la Secundaria desde 2025 en territorio bonaerense es que chicas y chicos no volverán a cursar todo el año lectivo sino que seguirán su trayectoria escolar con su grupo de pertenencia y, a través de talleres o en contraturno, recibirán el apoyo escolar para profundizar esos conocimientos que no adquirieron.
“Nosotros en la provincia de Buenos Aires tenemos una diversidad muy importante de organización de las escuelas. Estamos hablando de 4.700 Secundarias, algunas que tienen cinco estudiantes y algunas que tienen más de 2.000. Entonces proponemos un menú de modelos de organización para que este acompañamiento pueda ser realmente efectivo y adaptarse a la situación de la escuela”, explicó Galli en la entrevista.
Es decir, será cada establecimiento educativo el que determine de qué manera se avanzará en el esquema para instrumentar el nuevo sistema. “Puede ser que haya escuelas que decidan que esos espacios se hagan en el contraturno (si el estudiante va a la mañana que a la tarde recupere contenidos), otras que decidan que haya talleres posteriores al horario escolar en turnos vespertinos o incluso los sábados”, detalló el funcionario.
De eso se trata la reforma: de más pibes y pibas en la escuela que puedan profundizar los aprendizajes indicados y no que, por repetir, abandonen sus estudios. O incluso que, para poder incorporar los conocimientos que no alcanzaron, sus familias no deban recurrir a pagar a un docente de manera particular. Ahora ese desafío lo asume cada colegio.
“Después de la pandemia hemos tenido programas como el de acompañamiento a las trayectorias que han sido un éxito en términos de la cantidad de chicos y chicas que iban los sábados a trabajar en los talleres de apoyo a la enseñanza. Hay varias maneras de organizar esta intensificación y cada escuela va a tener que ver, de acuerdo a sus posibilidades, cuáles son las mejores opciones”, completó Galli.