“Chiquita/o si vas a estacionar en un lugar prohibido tené la educación de tocar el timbre y pedir permiso como cualquier persona civilizada. ¿Entra en tu aparato psíquico? Si vuelvo a ver este auto (te aviso que tengo foto) estacionado acá, olvídate de los espejos. La multa la tenés que ir a pagar a Ratti. God Bye” (sic).
Con algunos yerros ortográficos, esa fue la leyenda en fibrón rojo que encontró un automovilista en su vehículo cuando regresó luego de hacer un trámite. Lo había dejado sobre la calle Paulino Rojas al 500, en Ituzaingó centro del lado norte, estacionado en un cordón pintado de amarillo y con un cartel indicativo de que se trataba de un espacio exclusivo para una persona con discapacidad.

Está claro, porque la propia víctima de la situación lo reconoció en conversación con Primer Plano Online, que cometió una infracción y debe ser sancionado por esa conducta. Pero en tal caso, la sanción que le cabe es económica y debe ser aplicada por la autoridad competente, que en este caso es la justicia de Faltas local, que para que intervenga alguien tiene que haber hecho la presentación de rigor o algún inspector haber pasado por allí y observar la anomalía.
“No es la manera”, dijo el dueño del auto vandalizado
Pero no: lo que hubo fue una suerte de intento de hacer justicia por mano propia a través de un mensaje escrito con un fibrón rojo y con letra manuscrita sobre el capot del Volkswagen Gol blanco, cuyo conductor aceptó su falta, pero rechazó la mecánica usada por la persona que se la hizo saber. “No es la manera”, se sinceró ante la consulta de este medio.
Su explicación, que no es excusa tampoco, es que notó que el espacio era de dimensiones mayores a las que ocupa un vehículo, así que por eso optó por detenerse allí. Estuvo algo menos de una hora y “era sábado por la tarde, ni siquiera en hora pico entre semana”, se justificó.
Por eso, al diferenciar una conducta imprudente (su accionar) de otra tipo penal, como es la que cometió quien le pintó el auto, el conductor está evaluando realizar una denuncia para que se investiguen responsabilidades. “Es la primera vez que yo dejo el auto ahí, no me puedo hacer cargo si los dueños de la casa están hartos de que les pase”, reflexionó a modo de cierre.
El caso ocurrió a 8 cuadras de distancia del que dio a conocer el viernes Primer Plano Online, en este caso sobre la calle Pirán al 400, frente al club Gimnasia y Esgrima de Ituzaingó (GEI) con un frentista también cansado de que le estacionen en la puerta.










