Pese a tener un fallo judicial a su favor, otra mamá de Castelar está en plena batalla contra la empresa de medicina prepaga OSDE. Es que la firma se niega a darle la cobertura que su hijo con autismo necesita, algo tan básico e indispensable como un acompañante terapéutico. En el medio, ella está sola, con otra nena adolescente, de 13 años, y sufre ataques de pánico y de angustia.
Joaquín Torres tiene 15 años y fue diagnosticado con Trastorno Generalizado del Desarrollo (TGD) desde que su mamá estaba embarazada de su hermana. “Con el nacimiento de Paloma, yo sola me dí cuenta del autismo que tenía. Mi nene ponía los coches en fila, miraba los círculos, el ventilador. Hice una lista y cuando fui a la neuróloga le dije lo que pasaba y me confirmó el diagnóstico”, reveló Sandra Gómez, su madre, a Primer Plano Online.
La pelea de esa mujer, que viene desde hace al menos una década, se torna cada vez más compleja. Es que su hijo ya es un adolescente, mide 1,80 metros, calza 45 y tiene el físico de un adulto. Pero pocas cosas puede hacer con independencia de un adulto responsable o alguien que lo acompañe o asista. Entre otras cosas, ir a la escuela especial a la que asiste, en Ingeniero Maschwitz.
“El último año presenté diez certificados médicos que indican que Joaquín es un chico que puede peligrar cuando se ataca. Yo ahora lo controlo con las palabras, pero cuando empieza a pegar se me hace muy complicado. Hace poco tuve que llamar a una ambulancia porque me pegó una patada en las costillas que me dejó sin respiración”, contó su mamá.
Por eso su desesperación. Necesita ayuda urgente. Es indispensable para la calidad de vida del menor y de ella misma que un acompañante terapéutico le brinde la asistencia y la contención que el caso amerita. Por eso, la mamá recurrió a la justicia y obtuvo sentencia favorable del Juzgado Federal Nº 1 de San Martín, cuyo titular, Oscar Alberto Papavero.
El magistrado ordenó a OSDE que le otorgue a Joaquín la cobertura de acompañante terapéutico, intervención psicomotriz, tratamiento cognitivo conductual y transporte, para trasladarse al establecimiento que necesite. Primero a través de una cautelar; luego de una sentencia, con fecha en 2017 y ampliado a 2018 y 2019.
“Sin embargo, no surge de las mencionadas actuaciones pedido de ampliación de cobertura para los años 2020 y 2021. En consecuencia, negamos que exista obligación judicial alguna respecto a sus planteos para las prestaciones llevadas a cabo en 2020”, le respondió la empresa de medicina a la mamá mediante una carta documento.
Además, se negó a pagarle a una acompañante terapéutica que prestó funciones en 2019 asistiendo al paciente porque fue emitida en enero de 2021 por un trabajo realizado en 2019. “Se encuentra prohibida la presentación de facturas por prestaciones brindadas dos años antes de su emisión” se excusó OSDE.
Sandra cuenta esto mientras el nene le pide ir a la plaza, lo que representa otro problema. Es que en su cabecita pretende jugar con nenes de tres o cuatro años pero como por su contextura física puede lastimarlos sin querer entonces se frustra. Y se enoja. Solamente quiere jugar pero no puede. Y otra vez mamá conteniéndolo.
Es que, más allá de cuestiones legales y económicas, no tiene acompañante terapéutico. Sí es válido aclarar que OSDE le cubre la medicación que Joaquín toma por las convulsiones que padeció hace años y ameritaron varias internaciones, el transporte y el colegio, además de una parte de las terapias cognitivas.
Pero la persona que lo asistió no cobra por el servicio que brindó y su mamá atraviesa una crisis de angustia e impotencia frente al destrato que recibe. No puede trabajar porque se ocupa todo el día de él y la justicia no le da respuestas, porque más allá del fallo favorable todavía no se concreta en los hechos. Mientras, sigue pagando más de 22 mil pesos mensuales de una cobertura que no cumple con su obligación.