“Ma. Me caí de la bici. ¿Me podés venir a buscar? Estamos en albarracín y eredia (sic). ¿Podés venir?” Tras pedir wifi a un bombero que se acercó a asistirlo, Brian quiso ser él mismo quien le avise a su mamá para no ponerla nerviosa. Terminaba de volar por los aires mientras pedaleaba en una bicicleta con un amigo por las calles de Mariano Acosta, en Merlo, y su sabiduría nacida en el corazón hizo que transmitir la noticia no sea un drama para su madre.
“Estaba dentro de todo tranquila, no pensé que hubiera pasado nada malo. Incluso cuando vi a la Policía y una ambulancia seguí de largo, porque él me había dicho que estaba bien. Pero después volví y lo vi tirado, todo ensangrentado. Fue terrible”. Esa fue la voz de Natalia en diálogo con el noticiero de Telefe: es la mamá de uno de los adolescentes embestidos por un conductor que había salido enceguecido en busca de dos delincuentes que le habían robado el teléfono.
A punto tal fue la maniobra que el hombre, un carpintero de 42 años, circulaba a alta velocidad por una calle interna y a contramano. “No me di cuenta”, contestó cuando vecinos del barrio se acercaron a auxiliar a los adolescentes, de 13 y 14 años, que estaban desparramados por el asfalto.
Brian sufrió pérdida de conocimiento por un rato al golpearse contra el pavimento y debió ser puesto en observación en una clínica local. Leandro, el otro chico, se llevó la peor parte: una fractura expuesta en la pierna por la que debió ser operado en la noche del jueves y ayer viernes nuevamente.
Una buena: mejoran los chicos atropellados en Merlo por un hombre asaltado que perseguía a los delincuentes
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— Primer Plano (@primerplanotv) April 9, 2022
En medio de la conmoción, la víctima convertida en victimario pidió disculpas a ambas familias y se puso a disposición para lo que los chicos necesiten. Esa diferencia con los que huyen del lugar es lo que distingue a un hecho fortuito e involuntario de algo mucho más temerario: el abandono de persona.
De hecho, Natalia contó que el conductor del vehículo se quedó al lado de los chicos durante el tiempo que demoró la ambulancia en llegar. “Se acercó y me dijo quién era, nos dejó su contacto y que contáramos con él para remedios. Después llamó por teléfono para preguntar por los nenes”, completó.