Juan Manuel Gómez Durañona viaja todos los días desde Ezeiza, donde vive, hasta el hospital Posadas de Morón. Por contrato laboral llega a las 7.30 al establecimiento para cumplir con su trabajo como residente de primer año y se retira aproximadamente a las 18, aunque eso varía según las urgencias. Está destinado a cubrir el área de internación en clínica médica.
Pero, en medio del esfuerzo cotidiano por salvar vidas, a ese médico y a tres compañeros y compañeras más les robaron sus pertenencias en el interior del nosocomio. Así, como se lee. Un sujeto que quedó filmado aprovechó que no quedó nadie por un instante de la oficina que utilizan como sala de trabajo administrativo e ingresó y se llevó todo lo que encontró a mano con total impunidad.
“Esa oficina es nuestro lugar de trabajo: ahí escribimos las historias clínicas, el trabajo administrativo y demás. El martes, cerca de las cuatro de la tarde, tuvimos que atender a un paciente de urgencia y eso requirió la presencia de todos los médicos del sector. O sea, la oficina quedó vacía y, a raíz de la emergencia, no cerramos con llave”, señaló Gómez Durañona a Primer Plano Online.
Subsanada la urgencia volvieron a la oficina y se encontraron con que les faltaban sus mochilas, camperas y demás objetos personales. “En las mochilas teníamos computadoras personales que usamos para trabajar, porque el hospital no tiene para todos los médicos. Y también teníamos estetoscopios valuados en 40.000 pesos, por ejemplo”, agregó el profesional.
Lo que pasó y cómo actuó el sospechoso quedó registrado y, en la interpretación de la víctima, es algo que está estudiado previamente, porque “no es la primera vez que pasa”. “Es un horario en el que se hace el pase de guardia, en el que muchos médicos están pasando información sobre los pacientes que quedan a sus reemplazos y parecería que algo observaron para ir en el momento en que la oficina quedó vacía y sin llave”, lamentó el residente.
Hoy jueves por la mañana esperan reunirse con las autoridades del hospital para presentar el reclamo formal y escuchar la devolución. En total fueron cuatro las víctimas afectadas, a quienes también les llevaron documentación personal y a una de ellas las llaves de su casa, por lo que tuvo que dormir en la casa de una compañera hasta conseguir un cerrajero.