Aldo tiene 51 años y como todos los días llegaba a trabajar a una fábrica de hielo en San Justo, sobre Camino de Cintura, a metros del hipermercado Carrefour. Se trata de una zona en constante movimiento vehicular y de personas y a plena luz del día.
Fue en esas circunstancias que, mientras se aprestaba a descender de su moto BMW 1200, cuatro motochorros lo abordaron a punta de pistola para sustraerle el rodado. Pero con una particularidad: le gatillaron cuatro veces en la cabeza.
En ninguna de esas oportunidades salió el proyectil del revólver, aunque hubo una quinta y ahí sí consiguió disparar. “De milagro no le dio en el estómago y pegó contra la pared”, detalló una fuente cercana a la víctima ante la consulta de Primer Plano Online. “No les alcanzó con robarle: lo quisieron matar”, agregó.
En la filmación que este medio comparte con sus lectores se ve claro el movimiento criminal de la corredera de la pistola y el fogonazo. El hombre asaltado alcanzó a correr unos metros para escapar de los delincuentes. Lo más increíble es que uno de los malvivientes, poco después de concretar el robo, se sacó una selfie con la moto y quedó registrado el lugar en que vive.
Esa información ya está en manos de la Policía y de la justicia, que investiga el hecho bajo la carátula de robo agravado por el uso de arma de fuego y homicidio criminis causa en grado de tentativa.