En un durísimo fallo de 116 páginas al que tuvo acceso Primer Plano Online, único medio que le dio cobertura al juicio, la justicia de Morón absolvió al abogado Sebastián Moure, acusado de haber violado a su colega Fiorella Mucholi en el consultorio pericial en el que trabajaba en 2015.
Por unanimidad, el Tribunal Oral Criminal Nº 1, integrado por la jueza Mariana Maldonado (que fue quien tuvo a su cargo la fundamentación del voto) y sus pares Juan Carlos Uboldi y Claudio Chaminade pronunció veredicto absolutorio contra el imputado “por no haberse demostrado la materialidad del hecho que se le atribuye”.
“Los elementos de convicción valorados en términos de credibilidad para el esclarecimiento de estos hechos dan plenamente por probado que los eventos que conformaron las acusaciones iniciales en este juicio no han sido acreditados y, consecuentemente, son inexistentes en términos procesales”, reflexionó la magistrada, que tomó como herramienta central de su sentencia la perspectiva de género, a la que citó en varias ocasiones como parte de la obligación “que nunca debemos soslayar para la resolución de todos los casos sobre los que estamos destinados a fallar”.
Como informó en varias ocasiones este medio, incluso con el relato de la propia Mucholi, la mujer denunció haber padecido una agresión sexual en su lugar de trabajo, a donde el hasta hoy acusado Moure había llegado para avanzar con un expediente judicial que tenía en trámite. En un momento en que se quedaron solos, según su relato, el también abogado la amenazó con un cuchillo, la arrastró por la oficina, la obligó a que le practique sexo oral y luego a masturbarlo hasta hacerlo eyacular en sus manos, además de haberle introducido sus dedos en vagina y ano. Luego de eso, se vistió y se fue del lugar.
Toda esa secuencia se ventiló en un juicio que duró varias jornadas pero que, para el tribunal, ninguno de los elementos ofrecidos permitió acreditar su existencia. “El imputado no ha desplegado las conductas relatadas por Fiorella Mucholi, es decir, que teniendo en cuenta la prueba producida, no se ha acreditado la existencia de los hechos con el grado de certeza inherente a esta altura del proceso”, precisaron los jueces y la jueza.
“El plexo probatorio ventilado y sometido a la inmediación y al contralor de las partes en el contexto de la audiencia oral y pública no han hecho más que desvirtuar todos y cada uno de los extremos que conformaron su denuncia, conduciendo inexorablemente a la conclusión de que si no fueron acreditados a través de la evidencia devenida en prueba en el transcurso del juicio no existieron en términos procesales”, agregaron.
Si bien son varios los aspectos cuestionados por la magistrada hay uno particularmente en el que hizo hincapié, y es el vinculado a la omisión de detalles en sus diversas declaraciones desde ocurrido el hecho hasta la actualidad. Lo marcaron en dos párrafos:
-“La víctima en declaraciones previas refirió, por ejemplo, que el abusador intentó abrir las suturas de sus mamas y mordió sus pezones. Es difícil creer, que un acontecer de esta magnitud y violencia sea pasado por alto en un relato tan minucioso y detallado como el que dio en el juicio, incluso frente a la pregunta específica del Fiscal. Tampoco es un dato menor las omisiones en las que incurrió frente a los profesionales de salud que la atendieron a lo largo del tiempo y que la peritaron en este proceso, o les mintió a todos ellos o nos mintió a nosotros en el juicio”.
-“Mucholi se había encargado de alterar el lugar del hecho, de hacer todo lo que no tenía que hacer y que según los dichos de Denkiw (el perito para quien trabajaba), le advirtió puntualmente que no haga al momento que lo llamó para contarle lo sucedido. La supuesta víctima no solamente había acomodado todo, sino que también había limpiado, vedando completamente al personal policial la posibilidad de encontrar algún elemento que corroboren lo denunciado. Lo único hallado fueron vellos púbicos, que tal como referí precedentemente resultaron ser de Fiorella luego del cotejo de ADN. Nada se habló del cuchillo, que ella misma contó en el debate que Moure le puso en el cuello para amenazarla. No lo aportó, ni lo mostró, nada se sabe de este elemento”.
Sobre Moure, por el contrario, el tribunal consideró que “su versión de lo acontecido no ha logrado ser desvirtuada por la prueba producida por la acusación a lo largo de todo el juicio”, pese a que lo relatado por la propia víctima, que sí bien podrían haber aportado credibilidad a sus dichos, sorprendentemente no solamente “no fueron corroboradas sino, por el contrario, totalmente desacreditadas”.
Para finalizar, y en atención a lo peticionado por el fiscal del juicio, Leonardo Lisa, los jueces y la jueza consideraron que corresponde hacer lugar a la extracción de copias del expediente a fin de ser remitidas a la UFI que corresponda por turno “para que se investigue un posible delito de acción pública por parte de la denunciante”. Es decir, que pongan la lupa en la actitud de Mucholi por la posible falsa denuncia contra Moure.