El Ministerio de Trabajo de la provincia de Buenos Aires designó como nuevo delegado regional en Morón al David Ponce, perteneciente al Sindicato de Empleados Textiles de la Industria y Afines de la República Argentina (SETIA) e hijo de Julio, histórico dirigente de esa organización.
Si bien su nombramiento contó con el respaldo de un importante sector del sindicalismo local, detrás hay una historia desconocida que Primer Plano Online reconstruyó en base al diálogo con varios de los protagonistas y que, de fondo, no es otra cosa que la profundización de la pelea entre el intendente, Lucas Ghi, y su exjefe político, Martín Sabbatella.
Ocurrió que la antecesora de Ponce en el cargo, María José Martínez, fue desplazada de sus funciones por pedido expreso del jefe comunal luego de una determinación que en el seno del Gobierno comunal interpretaron como “insólita”. Cabe aclarar que la ahora ex funcionaria pertenece al sabbatelismo.
El pasado 12 de diciembre, en medio del conflicto paritario con el Sindicato de Trabajadores Municipales de Morón, Ghi recibió una notificación en su despacho con la convocatoria a una audiencia de conciliación. “De no concurrir será llevado por la fuerza pública”, indicaba el texto.
Ese fue el punto final para la continuidad de la funcionaria. “Estaba usando la Delegación del Ministerio para intervenir en una discusión interna de nuestra fuerza”, reflexionaron en el entorno del intendente. En sintonía, el ministro de Trabajo, Walter Correa, ni bien se anotició del escrito se comunicó con el mandatario “para pedirle disculpas”, agregaron las fuentes.
El ministro decidió cortar de lleno el vínculo, le pidió la renuncia a Martínez y consensuó con el intendente el nombre. Antes de elegirlo, Ghi le tributó una suerte de ofrenda a los gremios cercanos: les solicitó que le hagan llegar una persona para ocupar el cargo. De ahí surgió la designación de Ponce.
Los cambios que impactaron en el Municipio y profundizan la pelea Ghi-Sabbatella
La Delegación local del Ministerio de Trabajo bonaerense quedó en manos de SETIA, uno de los gremios que estuvo en la reunión que en diciembre pasado se realizó en el despacho del intendente Ghi y que Primer Plano Online contó como una jugada que exponía la ruptura también en la central obrera.
En ese cónclave ya se había hablado de remover a la delegada y poner en su lugar a un representante de los sindicatos que se acercaron al mandatario una vez que estalló el conflicto interno. Todos son reconocidos antisabbatelistas de hace tiempo. El luquismo está en pleno armado y esas organizaciones sindicales ya empezaron a “cobrar”, como se suele decir en política.
Es que antes de la salida de la delegada ministerial también fue echado de su cargo el responsable de la Dirección Municipal de Asuntos Gremiales, Víctor Hugo Berrojalvis, un dirigente puesto por Marcelo Notario, concejal de Unión por la Patria en Morón, referente del sindicato de Camioneros y actual miembro del triunvirato que conduce la CGT regional.
Berrojalvis fue reemplazado por Martín Pérez, un hombre de Jorge D’Andrea, titular del gremio ATSA Hurlingham (Sanidad) y parte integrante del Movimiento Político Sindical (MOPOSI), sello partidario del enfermero D’Andrea. El acuerdo confirma la afinidad entre la mesa política cercana a Ghi, integrada por Adrián Grana y Hernán Sabbatella, entre otros, y ratifica que no hay vuelta atrás en la ruptura entre el luquismo y el sabbatelismo.
De fondo a esa pelea indisimulable entre Ghi y Sabbatella se visualiza que la unidad sindical está atada con alambre. Al borde de la fractura, el triunvirato igual se sostiene por el mensaje que baja desde los altos mandos: nadie romperá abajo por decisión propia.
Igual, los pases de facturas se empiezan a escuchar cada vez con más fuerza: “nosotros permanecemos en el mismo lugar, combativo: no somos los que fiscalizamos para Milei en la elección pasada”, reflexionó Notario en conversación con este medio. Su dardo fue dirigido al gremio Gastronómico, que en la última elección de la mano de Luis Barrionuevo dotó a La Libertad avanza de su estructura para controlar el comicio.
