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martes, diciembre 3, 2024
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Una inspectora quedó a cargo transitoriamente del colegio Chacabuco de Morón y esta mañana recibió a padres y madres

Después de las ruidosas manifestaciones de la última semana, reflejadas por Primer Plano Online con datos precisos sobre lo que sucede en uno de los establecimientos educativos más prestigiosos de la región oeste, otra vez la comunidad educativa del colegio Chacabuco de Morón se hizo presente esta mañana en las puertas de la institución con la finalidad de obtener respuestas a sus planteos.

Efectivamente, minutos antes de las 8 un grupo de padres, madres y familiares de estudiantes afectados por hechos de violencia que se vienen sucediendo a lo largo del ciclo lectivo 2022 estuvieron cara a cara con la persona responsable de la escuela por estas horas: se entrevistaron con la inspectora Ivana Luzuriaga, quien ocupa transitoriamente ese rol hasta que la Jefatura Distrital de la Dirección General de Cultura y Educación bonaerense designe nuevas autoridades.

Violencia y venta de drogas en el colegio Chacabuco de Morón: nueva protesta y llamativa ausencia de autoridades

“Nosotros le reclamamos por la violencia que están padeciendo muchos chicos en el interior de la escuela. Y le pedimos que llamen o a los agresores o a sus padres. Porque, la verdad, después de todo lo que viene pasando, si no se toman medidas sobre ellos estamos todos locos”, contó a Primer Plano Online uno de los participantes en la charla.

En rigor, padres y madres se retiraron con una doble sensación. Por un lado al fin alguien puso la cara frente a la comunidad educativa tras el desplazamiento de la anterior directora y su vicedirector. Pero, por el otro, “no hay ninguna respuesta concreta”, afirmaron.

“La inspectora reconoce que faltan preceptores, profesores, que los chicos están solos, de la violencia y la venta de drogas, pero sin ninguna solución. Más de lo mismo, porque al chico que vende drogas adentro de la escuela no se lo puede dejar sin escolarización”, se lamentó el familiar que charló con este medio.

“A mi sobrino lo cagaron a palos y hasta le pusieron un cúter en el cuello. Lo que recibimos fueron palabras: hablan, te envuelven y no te aportan nada que nos deje tranquilos. Ahora lo que nos estamos planteando ir a hablar con los padres de los chicos que agreden a nuestros hijos y que esto termine como tenga que terminar”, concluyó.

Por lo pronto, la potestad para encaminar el rumbo institucional de la escuela está en manos de la Jefatura Distrital, que debe designar a las nuevas autoridades que se hagan cargo de un establecimiento en ebullición, donde las víctimas no son únicamente los estudiantes sino también docentes del colegio, que avalan las quejas que se escuchan.

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