Perdió a su hijo Alejo a raíz de una leucemia y porque el donante compatible, oriundo de Alemania, se negó a la extracción sanguínea. En el medio hubo 120 mil personas que nunca pudo saber si podían ser o no salvadores del nene con una simple donación de sangre. Qué cambió con la reciente inauguración del Laboratorio Nacional de Inmunogenética.
La pérdida de un hijo no tiene explicación alguna ni calificativo. Tampoco palabra para denominar a esa persona que queda en esta tierra viviendo pero simplemente por inercia. O por altruismo, porque aún cree que tiene mucho por ofrecer.
“Ayudá y da” son las pautas que Alejo le dejó a su mamá, Gabriela Peirano, que tomó ambas consignas y consiguió fuerzas para seguir adelante. Y una potencia tal que consiguió, junto a una larga lucha de otras personas y organizaciones, que se inaugure en la Argentina el Laboratorio Nacional de Inmunogenética, lo que se cree marcará un antes y un después en los procesos de donación de médula ósea. Y, en definitiva, salvar vidas.
“Mi hijo se enfermó de leucemia a los cinco años y a los ocho viajó al arco iris. Antes de cerrar sus ojitos para siempre me dijo ayudá y da, que es nuestro legado. Por eso creamos la ong, con el objetivo de brindar información sobre lo fácil que es donar médula ósea y lo necesario que es”, recordó Peirano en conversación con Adrián Noriega en el programa periodístico Primer Plano por el canal Somos, de Flow.
En el primer aniversario del fallecimiento de Alejo, en 2017, Gabriela encabezó una marcha al congreso nacional para pedir por un laboratorio que ayude a acelerar los procesos de clasificación de la sangre y así poder hallar rápidamente compatibilidades. Era un procedimiento que tardaba hasta dos años, y en el que se perdían muchas vidas. Sin ir más lejos le pasó con su hijo, para el cual encontraron un donante compatible en Alemania que, cuando fue contactado, se negó a donar.
“Nunca supe por qué se negó, pero lo que sí me enteré es que, en ese momento, había 120 mil muestras sin tipificar. Es decir, 120 mil personas registradas pero cuyas muestras no fueron enviadas a Estados Unidos, que era el último paso para aparecer como donante. Una demora tremenda, que me enojó muchísimo. Nadie pudo explicarme jamás si en esa cantidad de gente no estaba la persona que pudo haber salvado a mi hijo”, lamentó la titular de ‘El Ejército de Alejito’.
El pasado 22 de junio, la ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti, inauguró el laboratorio que depende del Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (INCUCAI), que tiene como objetivo acortar los tiempos de ingreso a las listas de espera de trasplantes de órganos sólidos y tejidos, lo que disminuirá sustancialmente la morbimortalidad de estos pacientes y se optimizará la logística de los procesos de donación y trasplante en todo el país.
De esta manera, se busca lograr una respuesta más ágil, facilitando el acceso a aquellas provincias o regiones que carecen de estos establecimientos o brindando soporte a aquellas cuya capacidad operativa no resulte suficiente. En los casos de urgencia, permitirá la realización de estudios que actualmente se llevan adelante en el exterior y que progresivamente se efectuarán en el país, acelerando los tiempos de búsqueda de donantes.
En tanto, otra de las misiones del laboratorio será la de constituirse en un centro de formación de talento humano calificado y competente en la especialidad, y de asesoramiento y desarrollo de tutorías para la creación y habilitación de nuevos laboratorios en Argentina y la región.
En nuestro país actualmente el límite de edad para registrarse como potencial donante de médula ósea es para personas de entre 18 y 40 años, aunque si alguien manifestó la voluntad previamente hasta los 60 años puede ser convocado para donar su sangre.