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jueves, diciembre 12, 2024
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VIDEOS La emotiva despedida a ‘Chicho’, el chofer de la línea 216 que se jubiló tras 30 años al volante

Orlando pidió que su nombre apenas sea mencionado al pasar. “Es que todo el mundo me conoce por ‘Chicho’”, le aclara al cronista de Primer Plano Online que lo entrevista. Y así será respetado en este artículo, que tiene como objetivo completar el homenaje que le tributaron sus compañeros de trabajo en orden a su intachable trayectoria en la Empresa 216 y, principalmente, su don de gente.

Cuando llegó a la terminal de Donato Álvarez 139, en Morón, una multitud lo esperaba, entre fuegos de artificio y espuma. “Esta es una de las cosas que las seis ruedas hizo con nosotros: conocer buena gente”, le manifestó Franco, delegado de los trabajadores y uno de los artífices de la movida para despedir al que definió como “un laburante ejemplar” en diálogo con este medio.

Luego de la emoción, que concluyó con el beso de su esposa, invitada de gala al cierre de esta etapa que duró 30 años en la compañía transportista más importante del conurbano en cantidad de empleados, ya que da trabajo a 1.800 personas, ‘Chicho’ agradeció al cuerpo de delegados por el tributo recibido y por la plaqueta que le entregaron a modo de evocación.

“Siempre al frente del interno 243 en todos los recorridos que dispuso la empresa. Nunca falté, jamás una carpeta médica, nunca un choque. La verdad me retiro con la satisfacción del deber cumplido”, sintetizó el chofer tras compartir un almuerzo con esa enorme familia que hoy deja de ver a diario.

Chicho con Franco, uno de los delegados e ideólogo de la sorpresa para despedir su paso por la empresa

‘Chicho’ avisó, de todos modos, que tiene planes y que no pretende hacer vida de jubilado. “Ni loco me quedo en casa, voy a seguir haciendo cosas”, afirmó ante la pregunta de Primer Plano Online. Es vecino de Rafael Castillo, en La Matanza, y como su mujer también trabaja aprovechará unas semanas para descansar para después poner manos a la obra en otros proyectos.

De fondo sonaba el “olé, olé, olé, olé, Chicho, Chicho” que sus compañeros cantaban mientras lo abrazaban y le pedían que se cuide de tantas emociones juntas. En su última jornada arrancó a las tres de la madrugada y le picaba un poco la panza al tener en claro que era su día final. O el comienzo de una nueva etapa de su vida, que apenas tiene 57 años recién. 

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