Desgracia en Moreno: murió la segunda mujer que resultó herida de gravedad en el siniestro vial protagonizado por un colectivo de La Perlita a principios de noviembre pasado.
Se trata de Verónica Cuello (46), quien esperaba aquella mañana el transporte público para trasladarse a su trabajo como empleada doméstica. La mujer se encontraba internada en el hospital Mariano y Luciano de la Vega de ese distrito con respiración asistida y en coma farmacológico.
Los traumatismos que padeció, además de producirle múltiples fracturas, afectaron órganos vitales, por lo cual su evolución es hora a hora. “Es una paciente con pronóstico reservado pero estable”, habían informado inicialmente desde el centro de salud.
Pese a que durante los 46 días que transcurrieron del hecho la víctima había recompuesto su situación de salud, era un cuadro grave el que enfrentaba. Había sido operada de un brazo, de la cabeza y aparentaba recuperarse, pero esta mañana su familia recibió el peor llamado desde el nosocomio.
“Había recuperado movilidad en sus piernas, en los brazos, hasta le llegaron a sacar la respiración mecánica. Faltaba solamente una intervención en la columna, pero es evidente que su organismo no resistió”, confió uno de sus familiares a Primer Plano Online.
Verónica era mamá de tres hijos de 19, 17 y 9 años y estaba casada. Vivía a pocas cuadras del lugar del siniestro, en Ruta 25 y Lamadrid del barrio 25 de Mayo, en Moreno. Aquella jornada fatídica había fallecido poco después del siniestro vial María Quiñonez (45).
Qué determinaron las pericias de rigor en el colectivo
Las pericias mecánicas practicadas al colectivo de La Perlita que embistió a once personas en Moreno confirmaron que se trató de una falla mecánica. De este modo, la justicia no imputó al chofer de la unidad, porque testigos además narraron que hizo todo lo posible para evitar el siniestro al confirmar que se había roto la dirección mientras conducía.
Según precisaron fuentes de la investigación a Primer Plano Online, el resultado del análisis practicado al interno 214 del ramal 23 de la línea 501 perteneciente a la empresa La Perlita estableció que al rodado se le desprendió la “columna cardánica de la dirección”, lo que provocó que el volante quede “sin sujeción al movimiento de las ruedas”.
Testigos que viajaban a bordo de la unidad, asimismo, declararon en sede judicial que el chofer comenzó a gritar cien metros antes del impacto que el volante no le respondía y que no podía controlar el colectivo.
Por todos estos elementos reunidos en el expediente no habrá imputación para el conductor y será la compañía transportista la que deberá responder en la justicia. El caso es investigado por el fiscal Leandro Ventricelli, de la UFI Nº 1 del Departamento Judicial Moreno-General Rodríguez.