“Acá sigo, llevándolo como si fuera ayer. Siempre tratando de llevar la bandera de Lautaro, por eso se llama prohibido olvidar. Y estoy muy agradecida con toda la gente que me sigue acompañando”. María Angélica Guaraz, con una sonrisa de gratitud en su rostro, abrazó a cuanta persona se acercó a acompañarla en la inauguración de un mural el recuerdo de su hijo, Lautaro Juárez, víctima de un crimen vial a manos del asesino al volante Diego Cuevas.
Ya pasaron siete años de la lamentablemente recordada picada fatal de Haedo, ocurrida sobre la avenida Rivadavia, a la altura de la calle Maipú, cuando Nissan Tiida conducido por Cuevas embistió a un grupo de jóvenes que retornaba de bailar. Además de matar a Juárez y Lastra (el primero murió en el acto y el otro agonizó varios días hasta que finalmente falleció) provocó serias heridas en otras cuatro personas.
“Este mural me encantó porque refleja todo lo que uno quiere decir. Me hicieron elegir entre Brandsen y José María Paz, y como estaba cerca de casa preferí esta ubicación, porque además está más en el centro. El objetivo es concientizar que un auto puede servir para matar”, reflexionó Guaraz a propósito del espacio público que fue pintado por el colectivo de artistas ‘El Rejunte Arte’.
La obra puede apreciarse en José María Paz al 800, y lleva la leyenda “las picadas callejeras matan”, con un espejo retrovisor estallado como retrato del desastre que provoca la inconciencia al volante. Es paradójico: mientras Angélica sigue de pie con su asociación civil ‘Prohibido Olvidar Lautaro’ tratando de ayudar a que se maneje mejor, Diego Cuevas sigue preso en su casa y a punto de cumplir la condena, es decir, listo para arrancar una nueva vida.
Entre otras acciones, desde la ONG intentan llevar adelante la ordenanza de alcohol cero al volante en Ituzaingó, que trabaja junto a concejales y concejalas de diversos bloques. Ayer, por caso, la acompañaron las ediles María Lujan Guasp, Silvia Castillo y Emilce Molinas. “Estamos viendo si lo podemos implementar en Ituzaingó una ordenanza de tolerancia cero”, señaló la mamá de Lautaro. No es una decisión fácil de tomar a nivel local, con la explosión del polo gastronómico de los últimos tiempos.
“Estoy muy contenta, porque siento que a Lautaro lo tengo un poquito también acá ahora”, completó la charla con Primer Plano Online con su sonrisa encomiable pese a la tragedia personal que la acompañará por siempre.