“Una sana provocación para ayudarnos a reflexionar sobre nuestro estilo de vida y sobre tantas pobrezas del momento presente”. El papa Francisco instituyó hace seis años ya la Jornada Mundial de los Pobres, para que todas las catedrales del planeta abran sus puertas y sirvan un plato de comida caliente para asistir a personas en extrema vulnerabilidad social.
En Morón, el obispo Jorge Vázquez fue uno de los principales promotores de la iniciativa que surgió desde el Vaticano, pero rápidamente alcanzó a distintas latitudes. Fue el propio titular de la Diócesis quien se encargó, como lo hace año tras año, de coordinar el trabajo de los equipos de las diez parroquias existentes en el distrito.
El menú estuvo compuesto de una entrada de arrollado de pionono, mientras el plato principal fue ravioles con salsa boloñesa y ensalada de frutas como postre. A lo largo de la jornada el equipo de animación amenizó el encuentro con música y canciones, siempre con la compañía de monseñor Vázquez, el obispo del pueblo, como lo definió Primer Plano Online.
Según se informó oficialmente desde la diócesis local, asistieron gran cantidad de familias y más de 240 personas en situación de calle y de extrema vulnerabilidad. “La solidaridad, en efecto, es compartir lo poco que tenemos con quienes no tienen nada, para que ninguno sufra. Y, como cristianos, encontremos siempre en la caridad, en la fe y en la esperanza el fundamento de nuestro ser y nuestro actuar”, recordó el obispo en alusión a las palabras del papa Francisco.
Desde el Obispado agradecieron, asimismo, el aporte en lo organizativo de la comunidad y Grupo Scout María Reina; comunidad y Grupo Scout San Pedro Apóstol; Virgen de las Flores; la comunidad de San Miguel Arcángel; la comunidad de la Capilla Nuestra Señora del Milagro de San Miguel Arcángel; la comunidad de Sofía Barat; la comunidad de Nuestra Señora de Fátima; la comunidad de Nuestra Señora de Pompeya; la comunidad de María Madre de la Iglesia; y la comunidad de la Catedral de Morón.
