Matías Centeno (papá), Dante Centeno (hermano) y Paula Insaurralde (mamá) tienen su familia incompleta. Les falta Joaquín, a quien se aferran en el recuerdo imborrable de su paso por esta vida. El nene tenía 11 años, había ido a divertirse a una matiné en el club El Porvenir, de Castelar, y murió inesperadamente en medio de la celebración. Desde entonces el reclamo de justicia para que se esclarezca lo que realmente pasó.
Los Centeno encabezaron una movilización ayer a las puertas de las Fiscalías de Morón y se entrevistaron con la fiscal Valeria Courtade, de la UFI Nº 3 de ese Departamento Judicial, quien investiga el caso. No estuvieron solos: los acompañó el secretario de Servicios Públicos del Municipio, Diego Spina, y gran cantidad de amigos, vecinos y allegados.
Como informó este medio, la causa del deceso fue un paro cardíaco no traumático a raíz de un edema agudo de pulmón provocado por una falla cardíaca. Pero para papá y mamá no alcanza eso como respuesta: están convencidos que el contexto de la festividad contribuyó al deceso y apuntan a los directivos de la institución, que aseguran no tomaron medidas para evitar la tragedia.
“La sensación de que en este país la justicia tarda mucho y deja muchos grises”, señaló Matías ante la consulta de Primer Plano Online, único medio presente en la marcha. “No es muy buena la sensación que me llevo. Nadie me va a devolver a mi hijo, pero las negligencias se tienen que pagar. Y siento agotamiento”, agregó Paula.
En algo ponen la mirada conjunta, y hay un concepto que los engloba: negligencia. “Hacemos responsables a todos los organizadores del evento. A la comisión (directiva) por habilitar un lugar que no estaba preparado para recibir a chicos en esas condiciones: puertas cerradas, aires acondicionados no andaban, salida de emergencias cerradas porque no querían que los chicos tengan contacto con adultos, ventanas cerradas”, narraron.
A Paula se le dibujó una sonrisa en el alma cuando evoca a Joaquín. “Mi hijo jugaba a la pelota, jamás se sintió ahogado, cansado, agotado. El edema agudo de pulmón tuvo que ver con una asfixia que él sintió ahí adentro”, aseguró. Particularmente papá y mamá lo atribuyen al humo, ese expulsado por una máquina para darle vértigo al baile. “El ambiente era irrespirable, sumado al calor y a la falta de ventilación”, agregó la mujer.
Otro aspecto que enoja a los Centeno es que los directivos del club “nunca se pusieron a disposición” de la familia. “Es más: les mintieron en los primeros días a los socios diciendo que Joaquín se había ahogado con un chupetín. Y hasta el día de hoy hicieron correr que mi hijo tuvo muerte súbita”, manifestó Paula. Ella cree que el cuadro de su hijo fue provocado por el contexto.
La familia de Joaquín avanzará con la acción civil, debido a que en lo penal queda poco recorrido por trazar. “No vamos a parar hasta que esa gente no esté más en el club. En estos 13 meses se siguieron haciendo eventos en el club mientras nosotros no paramos de llorar a nuestro hijo”, expresó Matías, a lo que su esposa agregó: “soy una mamá de club y no tengo nada en contra. Sólo pido que se maneje por gente que esté capacitada, con profesores idóneos, porque ese día en la matiné había profesores de disciplinas y ninguno sabía hacer RCP o primeros auxilios. Ni siquiera llamaron a la ambulancia, que nunca llegó”.
A modo de cierre, la familia de Joaquín insistió en apuntar contra la comisión directiva de El Porvenir como principal responsable de la tragedia que se llevó la vida del nene. “Que tengan un mínimo de moral y renuncien a sus cargos hasta que esto se aclare”, cerraron.