EXCLUSIVO: la justicia de Morón condenó a dos médicos de la clínica Agüero, de ese distrito, por la muerte de Mariela del Valle González, quien atravesaba su semana 34 de gestación, acudió dos veces al establecimiento por un malestar general y terminó muriendo primero la criatura y luego ella. El fallo puede significar un precedente para el juzgamiento de causas por mala praxis, la omisión de cuidados a pacientes y particularmente violencia obstétrica.
Como informó este medio, el hecho comenzó el 8 de mayo de 2013, cuando la mujer asistió por primera vez al centro asistencial y concluyó una semana después, el día 15, con el fallecimiento de la gestante. Dos días antes los médicos habían confirmado que su hijo estaba sin latidos en el vientre materno y realizaron la cesárea de rigor para retirar el cuerpo.
Para el juez Lucas Varangot, titular del Juzgado Correccional Nº 2 de Morón, quedó probado que los profesionales que la atendieron “no llevaron a cabo las mínimas prácticas médicas a su alcance”, en referencia a “verificación de signos vitales, análisis de laboratorio ni sospechar a pesar de la sintomatología y los factores de riesgo de su paciente presentaba aquella noche en urgencias para arribar a un diagnóstico acertado”.
Según determinaron ambas autopsias, las muertes se produjeron por el conocido como Síndrome de Hellp. En interpretación del magistrado, esa situación de desamparo médico dilató “el abordaje de la patología” y aumentó el riesgo de madre e hijo en gestación. “La omisión provocó el desarrollo de la patología, que culminó en una falla multiorgánica” de Mariela, y derivó en su muerte.
Incluso el juez Varangot cita un informe pericial presentado y desarrollado en el expediente, que indica que “la no sospecha de las patologías (que presentó la mamá cuando manifestó su malestar) llevó a la toma de conductas erróneas en el tratamiento de la paciente”.
“La víctima González tuvo un embarazo anterior con hipertensión que culminó con un nacimiento prematuro, padecía obesidad y tenía más de 35 años. Es decir, presentó desde el 8 de mayo de 2013 (día de la primera visita a la clínica) cuatro factores de riesgo ineludibles que advertían la existencia del peligroso cuadro”, reflexionó el magistrado.
“También presentaba sintomatología del síndrome de Hellp”, agregó, una patología sobre la que hay una alerta en la Argentina, que forma parte del Programa Federal de Salud y que es regla para el personal sanitario.
“Todos los peritos oficiales indicaron que Mariela debió ser atendida luego de la extracción del feto en terapia intensiva, porque con la finalización del embarazo no desaparece el riesgo para la mujer”, quedó establecido en el fallo. Por eso, si los médicos condenados “no hubiesen violado el deber de cuidado y aumentado el riesgo permitido se hubiere abordado la patología y se habrían evitado las consecuencias”, concluyó Varangot.
Por ese motivo, a raíz del “obrar negligente”, las condenas recayeron en dos de los médicos que asistieron a la mujer en ambas ocasiones que se presentó en la clínica. Se trata de Marco Antonio Ayllon Juanes, quien recibió la pena de tres años de prisión de ejecución condicional (es decir, no irá preso) y ocho años de inhabilitación para ejercer la medicina, y para Carlos Eduardo García, de dos años y seis meses de prisión también condicional y seis años de inhabilitación para ejercer la profesión. Los dos en orden al delito de homicidio culposo.
Los otros tres imputados que fueron llevados a juicio resultaron absueltos en el mismo veredicto. Se trata de los médicos Juan Carlos Copacaba Carmona, Carlos Enrique Camargo Montero y María Marta Potenza, de profesión Licenciada Obstétrica.
Asimismo, en el fallo quedó claro el planteo realizado por el abogado de la familia de Mariela, Yamil Castro Bianchi: el caso es un ejemplo de violencia obstétrica y fue juzgado bajo la perspectiva de género.