El video que Primer Plano Online comparte con sus lectores debería ser un ejemplo de por qué usar casco al manejar una moto es la diferencia entre la vida y la muerte. Y en cómo se puede evaluar la conducta entre una persona a la que le interesa lo que pasa con el prójimo y quien hace abandono de la escena luego de un siniestro vial.
Se trata de un choque registrado por las cámaras de seguridad del Centro de Operaciones Tigre (COT) sobre la intersección de avenida Santa María y Liniers, en Rincón de Milberg. Tras el fuerte impacto, el conductor de la motocicleta salió despedido y cayó contra el pavimento luego de volar por el aire. La imagen, claro está, es impactante.
Video ejemplificador: el motociclista al que el casco le salvó la vida tras chocar contra un auto @viviamperroneOK @InfoSegVial @MunicipioTigre https://t.co/4XwLRgOZ3P pic.twitter.com/LJ49lpXoI4
— Primer Plano (@primerplanotv) November 10, 2024
La colisión se produjo porque el coche involucrado pretendió doblar a su izquierda en una intersección que es doble mano y la moto lo embistió de frente al no poder frenar frente a la maniobra. Es real que el motoquero circulaba a alta velocidad, pero no menos cierto que el auto dobló de manera ilegal. La violencia del impacto hizo pensar lo peor, pero hubo un factor clave que evitó el desenlace tragedia: la víctima, que voló por el aire, tenía el casco puesto.
Ese elemento de protección obligatorio salvó su vida, porque al observar el video es nítida la figura de cómo impacta con la cabeza contra el asfalto. De no haber tenido su casco todo hubiera sido peor. Y otro dato, no menos importante: el conductor del vehículo contra el que chocó el motociclista se quedó en el lugar, le brindó asistencia y dio intervención al 911.
Así permitió que personal del Sistema de Emergencias Tigre (SET) se acercara al lugar para trasladar al herido al hospital de Diagnóstico Inmediato de Don Torcuato, en donde quedó alojado. Se encuentra fuera de peligro y convencido de que volvió a nacer. El conductor, en tanto, enfrenta una causa penal por lesiones culposas, pero a la hora de una condena será un atenuante no haber omitido su obligación de brindar ayuda a la víctima.