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domingo, febrero 9, 2025
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Tristeza por la muerte de Dorita Zarlenga, vecina emblemática de Castelar: tenía 101 años

En junio del año pasado había festejado su centenario de vida rodeada del amor de su familia, que la acompañó hasta último momento. Sus restos son velados en cochería Pache, de la avenida Eva Perón al 1100.

Tristeza por la muerte de Dora Morán de Zarlenga, la emblemática vecina de Castelar que el año pasado había celebrado su centenario de vida. Sus restos son velados hoy jueves hasta las 22 en cochería Pache de la avenida Eva Perón 1122, de Morón.

Primer Plano Online le había dedicado un artículo a su trayectoria en ocasión de soplar las 100 velitas. ‘Dorita’, una mujer sensible, docente de raza y ejemplo de servicio, era mamá de cinco varones, y un verdadero modelo de coherencia, fortaleza, fe y amor.

Había nacido en Lincoln el 15 de junio de 1922. Casada con Celso Zarlenga, además de a sus hijos y a su matrimonio dedicó sus años a la profesión de docente: con apenas 17 años ya ejercía en una escuelita rural en General Pinto. Fue de esas maestras no sólo enseñó a leer y a escribir, sino que era un referente social y guía en el hogar de los alumnos.

“Con Celso éramos vecinos en Pinto, nos casamos en 1945 y nos mudamos a Morón. Enseguida nos vinimos a Castelar ‘mi patria chica’, adonde sigo viviendo”, le confió hace algunos años al medio Castelar Sensible. “Cuando me trasladaron a una escuela de Las Heras mi esposo acompañó mi deseo de seguir la vocación y hasta allí viajaba cada día, haciéndome cargo de primero inferior. Entonces descubrí que ser maestra de ese grado, en una época donde no había jardín de infantes, era una experiencia que le deseo a todos los docentes”, narró.

En 1952 la nombraron maestra de grado a cargo de Dirección y fue convocada para formar la escuela 12 en el barrio Parque San Martín de Merlo. Pero cuando cayó en la cuenta de que sus hijos la necesitaban más cerca ingresó como vicedirectora en la Escuela Nº 7 de Castelar donde cinco años más tarde comenzó a desempeñarse como directora.

A los 47 años, todavía muy joven, Dorita se enfermó del corazón y debió jubilarse. “Por un tiempo largo sentí que me habían quitado la escuela; no podía pasar por la puerta”, recordó hace unos años con dolor.

Para esa nueva etapa en la que debió alejarse de la docencia, la vida le tenía preparada una nueva misión vinculada con la salud. En ese sentido le confió a Castelar Sensible: “durante el brote de polio del ´56 mi esposo, junto a otros vecinos, habían fundado ARENIL (Asociación para la Rehabilitación del Niño Lisiado). Al jubilarme y luego de recuperarme de las internaciones en terapia intensiva y la unidad coronaria, empecé a ser voluntaria de ese centro de salud; eso fue desde el ´68 hasta el ´82”.

Hoy Dorita falleció rodeada del amor de su familia. Y todo un pueblo la despide con la gratitud por todo lo que brindó. Primer Plano Online envía sus condolencias a su círculo íntimo, que sufre la pérdida irreparable. QEPD.

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