Hace 34 años que dejó las drogas ilegales y nunca más volvió a probar. Desde entonces abrió una puerta e ingresó a un universo que conoce desde el otro lado del mostrador: se dedica a ayudar a personas que atraviesan consumos problemáticos desde una mirada esperanzadora, en donde lo más significativo es el amor.
En una entrevista con Adrián Noriega en el programa periodístico Primer Plano por el canal Somos, de Flow, el responsable de la comunidad RESKT, Gustavo ‘Tavo’ Moreira, reveló la profundidad de la tarea que lleva adelante a diario, en donde no importan tanto las sentencias del estilo “nunca vas a salir” y prefiere abordar cada caso desde la premisa de dar una mano y abrazar a quien sufre.
“Creo que es más importante ayudar que decir ‘nunca vas a salir’. Yo no me drogué nunca más y ese es nuestro trabajo: tratar de que no consuman nada que les haga daño. Algunas personas no pueden y eso es real: tiene que ver con personas que no pueden salir y retoman consumos con más experiencia. Por eso sacamos de nuestra organización la palabra recaída, porque acá lo importante es la persona, no la sustancia que consume”, reflexionó en la charla.
Citó, asimismo, una disertación a la que acudió que brindó Gastón Pauls en Moreno, en dejó flotando la idea que también es una sentencia de vida. “Vamos a amarlos hasta que ellos aprendan a amarse”, fue lo que oyó Moreira y le quedó dando vueltas en la cabeza. Es, de algún modo, ponerle palabras al espíritu con el que lleva adelante la organización, cuyos principales ingresos parten del reciclado de basura.
“Somos responsables del acompañamiento en la recuperación, porque recuperamos una familia. Y el sentimiento de amor tiene un valor fundamental en todo esto”, enfatizó. “El adicto siempre es una persona. Y nosotros no somos dueños de la gente, aunque sí somos dueños de lo que le podemos dar, que es abrazar y amar, y no nos vamos a cansar de hacerlo, se droguen o no se droguen”, concluyó.
Según Tavo, su dedicación exclusiva a trabajar esta problemática tiene una sencilla explicación. “Una vez lo hicieron conmigo y eso es lo que me lleva a mí a hacerlo también”, señaló, mientras preparaba el regreso a la institución ubicada en Ituzaingó en donde a diario sus muchachos lo esperaban para continuar con sus actividades, como hace 16 años.