Una compleja investigación a raíz del crimen de un joven en la vía pública derivó en el pedido de apartar a la DDI de Morón del caso que lleva a cabo la fiscal Valeria Courtade, de la Fiscalía Nº 3 de ese Departamento Judicial.
El hecho sucedió el pasado 25 de enero la intersección de las calles Luis María Campos y Arenales, jurisdicción de la comisaría 1ª de ese distrito. Como a ninguna de las dos víctimas les robaron nada ni medió palabra durante el ataque, la principal hipótesis que se investiga es que se trató de un ajuste de cuentas.
Con el correr de los días y el devenir de la pesquisa, investigadores policiales lograron conseguir imágenes de cámaras de seguridad e identificar al rodado en el cual se movilizaban los atacantes de Ángel David Zerda (27), el joven asesinado de un balazo en el pecho, quien circulaba en la moto con su tío, identificado como Raúl Demicheli (42).
En principio, según pudo saber Primer Plano Online, la principal hipótesis del sangriento hecho sigue siendo que se trató de un ajuste de cuentas vinculados a temas de narcomenudeo y que el destinatario de las balas no era quien finalmente falleció. Lo cierto es que el Peugeot 2008 desde el cual le gatillaron el arma homicida fue secuestrado por la justicia en San Martín.
Un dato al menos curioso: la titularidad del vehículo pertenece a una adolescente de 16 años, que en principio no está vinculada al crimen. Pero lo más escandaloso llegó luego de ese allanamiento, y cuando la Fiscalía tenía todo listo para continuar con la investigación y detener al sospechoso, de repente el apuntado se fugó.
“La DDI interviene cada vez que hay un homicidio, pero esa Fiscalía prefiere trabajar con la comisaría del lugar. Lo raro es que un abogado se presentó en la delegación de la DDI y alguien le brindó información sensible de la causa, con lo cual el esclarecimiento se frustró”, precisó una fuente judicial consultada por este medio.
Lo cierto es que, a partir de este hecho, la Fiscalía elevó una queja a las autoridades policiales de la región por el entorpecimiento de la investigación. Es un escándalo de proporciones cuyas repercusiones aún no se conocen en toda su dimensión. Lo cierto es que el acusado del crimen está identificado, pero prófugo.