Por el material altamente combustible del que están hechos los vehículos modernos, cada vez que un auto se prende fuego resulta un espectáculo muy impactante de ver, porque las llamas crecen rápido y la tensión también. Lo inevitable de una explosión, si el fuego se expande, puede convertirse en un desastre.
Ese fue el miedo, que luego se convirtió en gratitud hacia el personal de los servicios de emergencia, frente al incendio que se desató en un rodado sobre la calle Paysandú al 1800, casi esquina León Bloy, de Villa Ariza, en Ituzaingó.
“Gracias a la pericia de la Policía de mantener distante el tránsito vehicular y a la pronta llegada de los bomberos no pasó a mayores, ya que el coche alcanzó a explotar”, contó Marcelo, testigo de la escena, a Primer Plano Online.
El dueño del vehículo, un Chevrolet Corsa gris, refirió que el siniestro se debió a un “desperfecto eléctrico” en el tablero. La destreza bomberil evitó que no pase más que de un susto. Eso sí: no hubo que lamentar víctimas ni daños materiales más allá del coche incendiado, que quedó totalmente destrozado.