Sorprendente giro en el caso que conmovió a la opinión pública: el resultado preliminar de la autopsia confirmó de qué murió Irma Selva Cáceres, la abuela de 87 años que fue hallada sin vida en su casa de la calle Cartagena al 1600, en Morón sur, y desmintió por completo la versión que otorgó el nieto, que se incriminó como autor de un crimen que, en rigor, no existió.
El nuevo panorama se desencadenó durante la noche, cuando el médico legista le informó a la fiscal Paula Salevsky, de la UFI Nº 4 de Morón, el causal del fallecimiento de la mujer. “Sufrió un edema pulmonar ocasionado por una falla cardíaca”, se detalló en la evaluación.
Con esos datos, que no coincidían para nada con lo expresado por el nieto, J.G.J. (27, a partir de ahora su identidad queda resguardada por ley), la funcionaria dispuso una urgente pericia psiquiátrica sobre el joven, quien durante todo el día repitió el relato que hizo al presentarse en la comisaría 4ª de Gervasio Pavón.
“Me cansé de que me controle. No podía hacer nada, ni traer amigos a casa”, fue lo que explicó para intentar justificar su accionar. Palabras más, palabras menos, ese mismo argumento lo reiteró incluso en su declaración ante funcionarios judiciales. Pero con el resultado de la autopsia esa versión fue rápidamente desmentida.
La fiscal entonces ordenó la pericia para determinar la condición mental del muchacho y el resultado fue contundente. “Es demente en sentido jurídico”, precisaron fuentes de la investigación consultadas por Primer Plano Online. Es decir, inimputable.
De inmediato, la justicia dio intervención a un Juzgado de Familia que será el encargado de determinar qué hace con J.G.J., quien quedó desvinculado de la causa inicial por homicidio y ahora espera una medida de abrigo o de internación.