El anciano femicida de Castelar quedó formalmente detenido. Así lo determinó el juez de Garantías Gustavo Robles a solicitud de la fiscal Marina Rueda, de la UFI Nº 11 de Morón, quien recibió un informe preliminar de los especialistas que evaluaron al acusado y determinaron que se encuentra ubicado en tiempo y espacio, con lo cual comprende la criminalidad del acto que cometió.
Luis Américo Palacios (87) permanecerá alojado en una comisaría mientras dura el proceso en su contra, que está calificado como homicidio agravado por el vínculo, es decir, femicidio. Aunque detrás de la letra fría del expediente judicial y de una investigación incipiente, que tiene la claridad de las pruebas sobre la mecánica, hay una historia que Primer Plano Online revela a sus lectores.
Palacios y Norma Alicia Miller (61) se habían casado el 1 de marzo pasado, según precisó una fuente judicial consultada por este medio. La relación entre ambos databa de por lo menos cuatro años: la mujer era su cuidadora y el hombre pretendía dejarle sus bienes por si algo le ocurría. Nadie sabe qué pasó en la medianoche del jueves, pero ahí la mató.
De acuerdo con el primer informe forense, el crimen fue cometido en los primeros minutos de ayer viernes. En apariencia, tras una discusión entre ambos, el femicida atacó con un machete a la víctima y le provocó al menos 20 cortes que le quitaron la vida en el acto. Lo impactante es que Palacios estuvo más de medio día con el cadáver allí, hasta que decidió llamar a la comisaría. “Hay una persona muerta en mi casa”, indicó según confirmó otra fuente de la investigación.
Al llegar a la vivienda de Blas Parera y Lezica, el hombre abrió la puerta y se sentó en una silla sobre el patio, mientras dio las indicaciones a los uniformados sobre el lugar en el que estaba el cuerpo de la mujer. Con un charco de sangre alrededor, los agentes de la seccional 3ª de Castelar sur convocaron de urgencia a la fiscal del caso.
Al entrevistarse con la hija del femicida, la mujer refirió que había retornado la noche anterior de sus vacaciones y que, al no encontrar las luces encendidas en la casa, prefirió irse a dormir para no molestar, y dejar para el otro día el reencuentro con su padre. Cuando le preguntó al anciano por lo que había hecho, el hombre respondió: “la maté porque me había robado los dólares”. Después habló con los policías y refirió que la víctima «había insultado a mi hija y eso no lo puedo permitir».