28.7 C
Buenos Aires
domingo, diciembre 28, 2025
spot_img

“Se jubila esta leyenda”: la última vuelta de Jorge Ceballos, el chofer que le dijo adiós a la Empresa 216

Entre su familia y sus compañeros le tributaron la despedida que se merecía luego de 31 años de servicio ininterrumpidos al volante del interno 411 de la línea 269. La increíble anécdota de su ingreso a la transportista y el día que lo corrieron en un hospital con una jeringa.

Jorge Tomás Ceballos (55), alias ‘el cordobés’, cumplió 31 años de servicio en la Empresa 216, siempre en el turno tarde, hasta decidió plantar bandera. Lo habló con su esposa de toda la vida y madre de sus tres hijos y realizó el trámite para jubilarse.

Cuando confirmó que sería su último día en la compañía, sus tres hijos Fernando (36), Agustín (26) y Matías (19) se pusieron con su mamá al frente de una movida para que la vuelta final sea inolvidable. “Los tuve espaciados, sí, esperando la nena, ja”, recuerda el colectivero del interno 411 de la línea 269, ese que abandonó después de tantos años.

De los tres, el mayor sigue sus pasos: sin decirle nada presentó un currículum en la empresa y lo tomaron cuando mencionó su apellido. El del medio trabaja en un supermercado en Merlo y el más chico estudia. Jorge es vecino de Ituzaingó y se la pasó gran parte de su vida recorriendo el oeste del conurbano, siempre saliendo desde Morón.

Llegó a Buenos Aires allá por los comienzos de la década del 90’ a conocer a un hermano suyo. Ocurre que su papá murió cuando él apenas tenía un año, por lo que casi no lo conoció, y se crio en un campo de Córdoba con sus tíos maternos. Vino a ver qué pasaba y empezó a tener contacto con el universo de los colectiveros mientras trabajaba en una verdulería y les entregaba bolsas con frutas a cambio de billetes chicos que los choferes todavía manejaban en la diaria.

Registro, planilla y primera vuelta

Jorge aprendió a manejar en tiempo récord. Es que un día le comentó a un colectivero que le interesaba la actividad y ese interlocutor lo incentivó a presentar un cv con sus datos para entrar a trabajar a la empresa. “Venite mañana que te presento al jefe de Personal”, le prometió. Lógico: esa chance única no la dejó pasar.

“Más que los burros y los caballos con los que andaba en Córdoba, otra cosa nunca había manejado”, recordó Jorge en conversación con Primer Plano Online. Corajudo, pidió trabajo y le preguntaron si tenía registro, a lo que respondió que no. Entonces escuchó la segunda frase que marcó su destino: “sáquese el registro y venga que lo vamos a estar esperando”.

La jubilación de Jorge Ceballos
Los múltiples abrazos que recibió ‘el cordobés’ al llegar a la terminar después de su última vuelta

En tiempo récord ‘el cordobés’ dio inicio a la leyenda: aprendió a manejar, obtuvo la licencia profesional y volvió a la 216 con todo completo. “Muy bien: venga mañana temprano que empieza”, escuchó. Y así fue: firmó planilla y salió a hacer su primer recorrido sin ninguna experiencia previa. Sólo duró una semana en el turno matutino y luego quedó fijo a la tarde.

“Ese primer día salí a las 3 de la mañana rumbo al hospital Posadas. Yo nunca había manejado y veía por el espejo que llevaba gente durmiendo. Por dentro pensaba: ‘si esta gente sabe de dónde vengo se bajan todos, ja’. Pero gracias a Dios así pasaron 31 años”, se sinceró.

Anécdotas al volante

Entre las tantas anécdotas que guarda en la memoria, el ‘cordobés’ se acuerda particularmente del día en que se convirtió en justiciero sin pretensión de serlo.

“Iba por San Miguel, crucé una avenida y se me apareció un tipo corriendo. No alcancé a frenar y a esquivarlo y le pegué en la punta de la cabeza: lo hice volar unos metros. De inmediato bajo a ayudarlo y escucho que vienen corriendo dos personas detrás suyo y me gritan ‘no lo toques que tiene Sida, y lo venimos siguiendo porque robó una casa’”, rememoró el colectivero.

La jubilación de Jorge Ceballos

Después de escuchar esas palabras se fue corriendo hasta una estación de servicio y cortó la pierna del pantalón porque estaba manchada con sangre: quedó con una pierna larga y la otra bermuda. Aunque lo más curioso pasó horas después, cuando se acercó al hospital a ver cómo estaba el muchacho arrollado. “Apareció una mujer de su familia me corrió con una jeringa acusándome por haberlo atropellado. Me tuvo que cuidar la Policía”, indicó.

Las calles del conurbano picante suelen tener este tipo de secuencias a diario. En paralelo también sufrió una traición: la de un gomero, que salió como testigo del siniestro ante la Policía pero luego, cuando hubo que ir a juicio, se dio vuelta: “me terminó pidiendo plata porque el muchacho era del barrio”. Jorge se negó a pagarle y la causa nunca más avanzó, quedó en la nada.

La última vuelta

“No quiero trabajar más, estoy muy cansado”, le planteó al jefe de Personal, que le propuso continuar todo noviembre para cobrar el mes completo. Recién después mandó el telegrama de renuncia, cuando el trámite de jubilación estaba listo.

Entre sus hijos y esposa decoraron el colectivo para su última vuelta, en la que levantó pasajeros como todos los días y luego se dedicó a disfrutar de las cuadras finales. El colectivo fue decorado para la ocasión con globos, carteles alusivos y Jorge llevaba puesto un sombrero tipo cowboy (o vaquero) y un collar hawaiano multicolor. En el frente del micro y al final dos insignias con el título de esta nota: “se jubila esta leyenda”.

La jubilación de Jorge Ceballos
El cuadro que le entregaron sus compañeros y delegados antes de saborear bondiola y chorizos al disco

Al llegar a la terminal fue recibido con todos los honores: fuegos artificiales, bengalas y el abrazo de delegados y compañeros de tantos años, que luego de los abrazos de rigor y los cánticos alusivos, además de la entrega de un cuadro conmemorativo, se lo llevaron a comer bondiola y chorizo al disco.

“Ahora quiero descansar por un tiempo y después quiero seguir trabajando, hacer cosas. Me propusieron manejar camionetas para trasladar carbón, artículos de verdulería y hasta de una casa para mascotas. Algo va a salir”, concluyó Ceballos.

Lo más visto

Artículos destacados

¿Lo leíste?

spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img