La justicia correccional de Morón acaba de dictar sentencia en el primer caso de Grooming que llegó a juicio en ese Departamento Judicial. El juez Ángel Palumbo aplicó una pena de seis meses de ejecución condicional y costas al profesor de música y subdirector de coro en dos colegios privados de Merlo por considerar al imputado autor materialmente responsable de haber contactado, mediante una comunicación electrónica, a una persona menor de edad, con el propósito de cometer delitos contra su integridad sexual.
Este tipo de hechos fue incorporado en los artículos 131 y concordantes del Código Penal a fines de 2013, y es también llamado “delito de contacto telemático con menores de edad con fines sexuales” o “ciberacoso sexual a menores” o “acoso sexual tecnológico”.
“Estoy muy satisfecho con la condena. Es una sentencia realmente señera, que marca un punto de inflexión para la impunidad de los delitos informáticos en el campo de la libertad sexual donde se involucran a menores de edad”, detalló el fiscal del juicio, Javier Baños, a Primer Plano On Line. “Es la primera condena por Grooming después de que la causa ha tramitado por todos sus carriles, con lo cual la satisfacción es grande”, agregó el funcionario.
Es que si bien la ley 26.904 que incluye esta figura entre los delitos a castigar por el código fue publicada en el Boletín Oficial el 11 de diciembre de 2013, costó un largo aprendizaje y camino lograr que haya jurisprudencia, y también conseguir que en un Departamento Judicial pueda ser llevado a juicio oral y público el primer imputado por este tipo de delitos. En paralelo se tramita otra causa en Bahía Blanca, aunque ahí el delito que se delibera fue seguido de muerte: es el caso de Micaela Ortega, quien fue asesinada por un hombre que la sedujo a través de la red social Facebook. En ese caso la figura penal es Grooming seguido por femicidio.
“Lo primero que quiero decir es que se hizo justicia, y esta persona va a ser prácticamente imposible que pueda seguir dando clases o tocando en algún coro donde haya menores de edad. En segundo lugar porque se trata de una figura, que en su aspecto subjetivo, es muy difícil de probar, dado que requiere una ultra finalidad que va más allá del dolo, y que no tiene un correlativo en su aspecto objetivo. Y en tercer lugar porque la norma cumple también una función motivadora, de prevención especial positiva y negativa. Positiva, fortaleciendo la confianza de los ciudadanos en el sistema penal y negativa, porque el que quiera mandarle una foto indecente a una menor de edad, la próxima vez, lo va a pensar dos veces”, describió Baños, quien destacó la labor de los fiscales que instruyeron la causa, Javier Ghessi y Oscar Marcos.
El caso fue denunciado el año pasado en la Comisaria de la Mujer y Familia de Merlo por la mamá de la víctima, quien recurrió a la institución Grooming Argentina para interiorizarse sobre cómo actuar frente a esta nueva problemática. La mamá de la adolescente detectó los mensajes que el hombre le mandaba al celular de su hija, incluso con fotografías de tono pornográfico. Por ese medio la fue induciendo a tener una conducta proclive a actos sexuales mediante el envío de imágenes pornográficas por parte del acosador, incitándola también a realizarle sexo oral en un encuentro personal en la institución en la que ejercía su rol de educador.
Un dato estadístico es contundente: siete de cada diez argentinos desconocen lo que es el Grooming. Quizá, a partir de este tipo de juicios, el mundo adulto pueda empezar a estar alerta frente a la multiplicidad de casos que se suceden en todo el país.
EN PRIMERA PERSONA, EL RELATO DE LA MADRE DE LA VÍCTIMA DEL PRIMER CASO DE GROOMING CON CONDENA
