No se salva nadie. No hay lugares vedados para el delito. Ni siquiera comer una pizza en paz se puede por estas horas convulsionadas en materia de inseguridad en el conurbano. En La Matanza ayer fue un Juzgado de Ejecución Penal y también se conoció el caso de una fiscal a la que le robaron el celular. Ahora, comensales de un local gastronómico.
En un robo tipo piraña que duró apenas segundos, cuatro delincuentes, con un quinto que se quedó al volante del auto en el que circulaban, le llevaron todo lo que tenían a su alcance a un grupo de personas que cenaba en una pizzería ubicada en la esquina de Coronel Allende y avenida San Martín, de Ramos Mejía.
El hecho quedó registrado por una cámara de seguridad y lo que sorprendió fue la táctica usada por los malvivientes: mientras uno pasó caminando por allí a cara descubierta y sin despertar ningún tipo de sospecha, otros tres, sincronizados, bajaron de un auto gris (no identificado hasta el momento) con armas en sus manos.
En un abrir y cerrar de ojos se alzaron con todos los objetos de valor que encontraron: billeteras, celulares y hasta las llaves de algunos rodados. Efectivamente la banda estaba integrada por otro sujeto, que se quedó al mando del coche y cuando sus cómplices finalizaron la tropelía arrancó para alejarse del lugar.
La imagen de la impotencia es la que se observa de una de las víctimas, que al ver que los ladrones escapaban caminó hasta la entrada principal al comercio mirando hacia el horizonte e intentando encontrar alguna explicación, que lógicamente no encontró. La causa quedó caratulada como robo agravado por el uso de armas y es investigada por la Fiscalía Nº 3 de La Matanza.