Un relevamiento realizado por la consultora Indaga, que dirige Claudio Righes, detectó un fuerte aumento de la insatisfacción ciudadana respecto de la situación económica propia y de sus familias sobre un universo de 2930 personas consultadas en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).
El informe se conoció horas después de que el INDEC anunciara que la pobreza en el segundo semestre de 2024 alcanzó el 38.1%, mientras que la indigencia se ubicó en el 8.2%. Esto significa una caída de casi 15 puntos porcentuales con respecto al primer semestre de 2024 (52.9%) en la pobreza y de 10 puntos porcentuales en la indigencia (18.1%).
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— INDEC Argentina (@INDECArgentina) March 31, 2025
En el 2° semestre de 2024, la pobreza fue de 51,9% entre menores de 15 años; de 44,9% en personas de 15 a 29; de 33,6% en las de 30 a 64; y de 16% en mayores de 65 https://t.co/Kos9Xj15rM pic.twitter.com/sDdlB4lZDH
Sin embargo, pese a los números oficiales, Indaga evidenció un “punto de quiebre” en relación a todos los datos evaluados entre marzo 2024 y mismo mes de este año: la economía no refleja una mejora sustantiva en el quehacer cotidiano y en los hábitos de consumo de las familias, y la tendencia es “acentuadamente negativa” en cuanto a las expectativas de mejora.
Hay otros números, asimismo, que representan inquietudes presentes: el temor a la pérdida del trabajo pica en punta. En el indicador de ánimo social con relación a las medidas del Gobierno de Javier Milei, el pesimismo creció 24 puntos porcentuales: pasó de 54% en marzo de 2024 a un 78% actual principalmente, en sectores de clase media.
Algunos datos centrales del relevamiento de la consultora Indaga
► De marzo 2024 a marzo 2025 pasó de un 43% a un 21% quienes creen que su situación económica estará mejor con la continuidad del plan económico. Es decir, la expectativa positiva cayó 22 puntos.
► 9 de cada 10 personas consultadas no pueden ahorrar con sus ingresos en el transcurso de un año de gestión de La Libertad Avanza. En esta dimensión de análisis se profundizan las tendencias negativas: mayor preocupación por perder el trabajo; mayor reducción de poder de compra; mayor complicación en los hogares con las deudas.
► En el promedio general de todas las clases sociales hubo un aumento del 7% en el universo que debió recortar gastos en sus hábitos de consumo durante el año calendario.
► La preocupación por perder el trabajo en doce meses paso de 45% a 79%.
► El 92% del presupuesto familiar se lo lleva alimentos, servicios, tarifas alquileres y transporte. 54% de las personas encuestadas manifiestan que en alimentos es el mayor gasto de sus ingresos.
► Creció 23 puntos en un año la sensación que el esfuerzo que pide el Gobierno no vale la pena.
► La clase media es la que más se identifica con el descenso social en cuanto a los cambios de hábitos de consumo. Esto representa en doce meses unos 20 puntos. Dicho en términos estrictos, un 20% de las familias que se consideran de clase media sienten y perciben un descenso social manifiesto.
► 7 de cada 10 personas encuestadas bajaron en un año sus hábitos alimentarios, consumen menos carne y compran segundas o terceras marcas en lácteos, bebidas y galletitas.
► El 83% está endeudado para sostener su poder de compra que ya está limitado porque los ingresos no alcanzan.
► Un dato muy llamativo es que 9 de cada 10 encuestados afirma que la reducción y la disminución en sus hábitos de consumo se adjudica a que los ingresos no alcanzan y todo aumenta. Esto es transversal a todas las clases sociales.