En medio de una discusión que no cesa entre las autoridades del Gobierno nacional y rectores de universidades de todo el país por el presupuesto para el sector, el decano de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Oeste (UNO), Raúl Díaz, reflexionó sobre “la falta de conocimiento” que deja entrever la administración de La Libertad Avanza sobre el funcionamiento de las casas de estudios de nivel superior.
“Creo que hay un prejuicio desarrollado a partir de un encono, sobre todo con las universidades del conurbano”, expresó el académico y dirigente del Frente Renovador. Fue durante una entrevista con el programa periodístico Primer Plano por el canal Somos, de Flow, y en el contexto del informe dado ayer por este medio, en el que se daba cuenta de que Argentina es el segundo país en Latinoamérica con mayor porcentaje de estudiantes en universidades públicas.
“Esos datos son importantes para entender el valor que tiene la educación pública para nuestro pueblo, y un valor que tiene siglos”, señaló Díaz, que además es profesor de Historia.
“Tengamos en cuenta que la Ley de Educación Pública Gratuita es de 1884, en el Gobierno del general Julio Argentino Roca, en donde ya se planteaba la necesidad de que el conjunto de la población tuviera acceso gratuito y obligatorio a la educación, y que sea pública, o sea, financiada por el Estado”, recordó.
Fue una crítica por elevación al presidente Javier Milei, quien suele mencionar en sus apariciones públicas al paradigma de la generación del 80’ pero en contra de esa mirada. “Él lo hace enmarcado dentro de un supuesto liberalismo que incluiría también el despojo del Estado, de sacarse de encima funciones que en realidad no es así”, enfatizó.
Para el decano, sobre todo en la vasta región que es el conurbano bonaerense las universidades construidas y financiadas con presupuesto nacional bajo la interpretación sabia de que “la educación superior necesitaba ser descentralizada”.
“Había una necesidad muy grande porque el estudiante de nuestra región tenía muchas dificultades de acceso. ¿Y eso qué hacía? Que una gran cantidad de materia gris que se podía formar en educación superior quedaba frustrada”, completó Díaz.
Aquella decisión política de invertir en la creación de nuevas universidades permitió que la cantidad de estudiantes que asisten a establecimientos académicos se haya multiplicado por 7,5 veces, pasando de casi 338.000 en 1983 a más de 2,5 millones en 2022, mientras que la población argentina se multiplicó por 1,5.