Dos fiscales federales pidieron el procesamiento con prisión preventiva para tres de los presuntos integrantes de la denominada “Banda del FAL”, acusados de haber cometido entre octubre de 2016 y marzo de este año cinco secuestros extorsivos con ocho víctimas, por los que cobraron más de medio millón de pesos en rescates, informaron fuentes judiciales.
El fiscal federal 1 de Morón, Sebastián Basso, y el titular de la Unidad Fiscal Especializada en Secuestros Extorsivos (Ufese), Santiago Marquevich, pidieron al titular del Juzgado Federal 3 de esa jurisdicción, Néstor Barral, que los procese por “secuestro extorsivo triplemente agravado por el cobro del rescate, por la cantidad de intervinientes y por haber sido cometido con arma de fuego”.
El pedido fue formulado para los imputados Maximiliano Rodrigo “Pachu” Peñaflor (40), Alan Ezequiel Dzikoski (23) y Juan Pablo “Pelado” Mendoza (35). Estos tres detenidos eran trasladados el jueves por esta causa a una fiscalía federal cuando el camión del Servicio Penitenciario bonaerense que los llevaba fue embestido por un tren al pasar con la barrera baja, en la estación de Hurlingham, en un accidente en el que murió el chofer de la unidad.
Un cuarto imputado que fue detenido como presunto integrante de la banda, Gustavo Ramón Olivera (42), alias “Cabezón”, se suicidó el 10 de junio ahorcándose en su celda del penal de General Alvear y por ello los fiscales, en el mismo dictamen, solicitaron la extinción de la acción penal.
Se trata de la misma banda que ya está procesada por el homicidio del empresario Aldo Venturini (69), un distribuidor de cigarrillos y golosinas a quien le robaron seis millones de pesos y lo asesinaron en un asalto ocurrido el 30 de enero en la localidad bonaerense de Florencio Varela. Además, estos delincuentes fueron procesados por el robo de 750.000 pesos en un asalto con la modalidad de “la maza” ocurrido el 11 de enero pasado en el Banco Industrial de Tigre.
Los fiscales Basso y Marquevich también le solicitaron al juez que Peñaflor, Dzikoski y Mendoza, quienes actualmente están alojados en el penal bonaerense de Sierra Chica, sean trasladados “por su peligrosidad” a un complejo penitenciario federal. Fuentes de la investigación revelaron que en estos cinco secuestros con ocho víctimas que les imputan, la “Banda del FAL” logró recaudar, entre pesos y dólares, más de 500.000 pesos en rescates y se apoderó de varios vehículos de alta gama.
Según el dictamen, el primer secuestro que le atribuyen ocurrió el 30 de noviembre de 2016, alrededor de las 14 cuando, en la intersección de la calle Avellaneda y la colectora de la autopista Panamericana, en la localidad de Ingeniero Maschwitz, partido de Escobar, interceptaron a un empresario que circulaba en una camioneta Porsche Cayenne. Los delincuentes se comunicaron con un socio de la víctima y tras el pago de un rescate cerca del shopping Las Palmas de Pilar, lo liberaron en un puente de Panamericana y ruta 25.
El segundo secuestro lo cometieron con la camioneta Porsche que le habían robado al primer secuestrado y ocurrió a las 13.15 del 17 de enero de este año cuando, en la bajada del Hospital Posadas del Acceso Oeste, abordaron a otro empresario que manejaba una camioneta Audi Q5. La negociación también fue con un socio que, en moto, pagó el rescate cerca del peaje de Ituzaingó del Acceso Oeste y la víctima fue liberada a mil metros. El mismo día, pero a las 14.45, la “Banda del FAL” cometió un doble secuestro en Capital Federal que tuvo como víctimas a dos hombres que dialogaban, en el la vereda y otro arriba de su auto BMW 328, en la calle Desaguadero al 4000 de Villa Devoto.
La banda llegó otra vez en la camioneta Porsche Cayanne y se comunicó con la con mujer de una de las víctimas, con quien acordó el pago de un rescate en dólares, pesos y joyas que llevó en su camioneta BMW X1 al ramal Tigre de la Panamericana y el puente de la calle Avellaneda. Allí, uno de los delincuentes se subió a la camioneta, la obligó a pasarse al asiento del acompañante, revisó el bolso con el rescate y condujo con la mujer cautiva hasta Boulogne, partido de San Isidro, donde fue liberada junto a los dos secuestrados.
El cuarto hecho fue el 20 de enero a las 17 cuando la banda, que se movilizaba en una camioneta Audi Q5, capturó a una pareja que circulaba en un Volkswagen Golf GTI en la intersección de las calles Morales y Paso, en la localidad bonaerense de Lomas del Mirador, partido de La Matanza. La negociación fue con la hermana del hombre secuestrado, quien fue a pagar el rescate en un remís hasta el cruce de las calle San Martín y autopista Panamericana, en Boulogne, y luego recibió un llamado de su hermano para avisarle que los habían liberado en el cementerio de dicha localidad.
El quinto y último secuestro que les imputan ocurrió el 10 de marzo, a las 15.20, en la colectora de la autopista Panamericana, a la altura del Hotel Sheraton Pilar, y también fue doble, ya que tuvo como víctimas a una abuela de 78 años y su nieta de 13. En este caso, los delincuentes se movilizaban en el VW Golf que le habían robado a la pareja del anterior secuestro, y pese a que llegaron a pedirle rescate al hijo de la mujer mayor y padre de la adolescente, el hecho quedó abortado a los 40 minutos cuando liberaron a la abuela y su nieta en Villa Adelina, partido de San Isidro, sin que se efectivizara pago alguno.
La organización presuntamente liderada por «Pachu» Peñaflor -vinculado a los secuestros de Antonio Echarri, padre del actor Pablo Echarri, cometido en 2002 en Avellaneda; el de Cristian Ramaro, en Tigre en 2004 y el del adolescente Nicolás Garnil, en San Isidro en 2005- fue desbaratada el 3 de abril tras 16 allanamientos.
Según los investigadores, la «Banda del FAL» se formó en la cárcel y fue denominada así por el armamento de guerra que empleaba para cometer los hechos, ya que se incautaron dos fusiles FAL, además de un fusil R15 –usado por el Ejército de Estados Unidos, dos ametralladoras, siete pistolas, una granada de humo, cuatro chalecos antibalas, municiones y un handy con frecuencia policial.
El testimonio de la mujer de uno de los imputados, que en el marco de una denuncia por violencia de género declaró como testigo de identidad reservada y delató a toda la banda, fue uno de los elementos «clave» que, junto a escuchas telefónicas, seguimientos, cotejos balísticos y videos de seguridad, permitieron identificar a los sindicados integrantes de la banda.
