Fue una charla con pocas palabras, en donde lo más importante era escuchar y mirar a los ojos a una madre y a un padre desechos por el dolor luego de que dos asesinos al volante le arrebataran a su pequeño Tahiel, de apenas seis años. Naturalmente, un diálogo interrumpido por el llanto pero lo suficiente como para que las autoridades judiciales de La Matanza dejen en claro el compromiso de hacer lo que está a su alcance para que la muerte del menor no haya sido en vano.
La fiscal general de ese Departamento Judicial, Patricia Ochoa, y el fiscal Gastón Duplaá, a cargo de la investigación, se entrevistaron con Noelia Díaz y Luciano Contreras. Los conocieron, les pusieron a disposición los servicios de asistencia para las víctimas de delitos y presentaron las pruebas que se fueron reuniendo en el expediente en estos días, desde que el domingo pasado se desató la tragedia.
EL ANÁLISIS DEL ABOGADO DE LA FAMILIA DE TAHIEL SOBRE LA REUNIÓN:
Junto a los papás de Tahiel asistió al encuentro el abogado Diego Dieguez Ontiveros, especialista en este tipo de casos y miembro de la ONG ‘Malditas Picadas’, que milita por tratar de lograr un cambio de hábitos al volante. “En ese lugar ocurren infinidad de delitos viales”, definió el letrado en conversación con Primer Plano Online. Con su léxico ya dejó en claro su mirada: lo del nene no fue un accidente, fue un crimen al volante.
“Por la calificación legal (homicidio simple con dolo eventual, la expectativa de pena está en una escala de 8 a 25 años de prisión”, precisó el abogado. En efecto, por el hecho están acusados Nahuel Olivera (22) y Alexis Escribanti (24), quienes según la prueba reunida hasta el momento claramente venían corriendo picadas por la Ruta 21.
Dieguez Ontiveros introdujo una mirada contundente respecto de la mujer que conducía el Fox, que es el auto embestido de atrás por el Corsa de Olivera que termina atropellando a Tahiel y a sus papás. Respecto de la mujer que conducía ese auto, que en la causa está como testigo pero no imputada, el abogado afirmó que “se convirtió en un objeto inanimado” pero que no tiene ninguna responsabilidad en el hecho.
DIEGUEZ ONTIVEROS Y LAS MEDIDA DE PRUEBA
“Ella recibe una fuerza irresistible de parte de quienes venían corriendo la picada y no existe dolo en su conducta. Ella no avanzó contra Tahiel por voluntad propia sino que fue empujada”, enfatizó el letrado, y comparó el caso con el siniestro vial del cual fue culpable el exboxeador Rodrigo ‘Hiena’ Barrios.
Luego de aclarar que “no hay pena del código penal que pueda reparar a esta familia”, el abogado se mostró esperanzado en el avance de la investigación en base al aporte de distintas pruebas que se van acumulando. “Veo una decisión firme de mantener la calificación del hecho para llegar al juicio oral”, auguró Dieguez Ontiveros. Ahora, la pesquisa está centrada, además, en intentar determinar si el otro auto que aparece en escena (el BMW amarillo) estaba corriendo la picada.
“Por qué nos cuesta tanto de hablar de asesinatos o de homicidios en lo vial? Parece que hubiera una mirada condescendiente hacia este tipo de hechos, cuando todos los que manejamos sabemos lo peligroso e irreversible que es acelerar cuando estamos a bordo de una máquina contra una persona indefensa, cuyo único paragolpes es el cuerpo”, señaló el abogado de la familia de Tahiel.
LA «PASIÓN HOMICIDA» DE QUIEN CORRE PICADAS:
Noelia y Luciano no buscan ninguna reparación económica sino que los asesinos al volante que mataron a su hijito paguen con la cárcel lo que hicieron. «No hay recursos intelectuales que puedan estar por encima de una pasión desenfrenada y homicida, y parece mentira pero el bien y el mal habitan en nosotros. Hay una desaprensión hacia la vida que está en algún rincón de la psiquis por eso la máxima severidad puede producir un efecto ejemplificador», concluyó Dieguez Ontiveros.
