En otro capítulo del delito que irrita por los trastornos que ocasiona, una vecina de Ituzaingó sufrió por tercera vez en menos de un año el robo del techo vidriado de su auto, un Peugeot 207 Compact.
El hecho ocurrió, al igual que en las ocasiones anteriores, en la vivienda ubicada sobre la calle Brandsen, en su intersección con Posta de Pardo, pero a diferencia de las otras esta vez él o los delincuentes ingresaron al garaje de la finca.
En los otros episodios de los que fue víctima el coche estaba en la vereda. Incluso Alicia Castro, la mujer en cuestión, recordó a Primer Plano Online que en el segundo robo la Policía interceptó a los ladrones a las pocas cuadras de su casa, les quitó el vidrio y se lo devolvió a ella.
OTRO CASO SIMILAR EN ITUZAINGÓ
“Se dio cuenta cuando se iba a trabajar. En esta fue peor porque se metieron a la casa, porque el auto estaba en la cochera en la que hay portón plegadizo”, narró la hija de la víctima a este medio. “En la esquina hay una cámara de seguridad, pero creemos que no funciona.”, agregó.
¿Por qué delito que irrita? Porque el seguro le cubre la reposición del producto que le sustrajeron, pero no la colocación. La última vez que debió reponerlo tuvo que pagar 250 mil pesos de mano de obra. Eso es lo que más perturba. Además, porque en su compañía aseguradora ya le avisaron que, si le volvía a pasar, iba a tener que contratar una póliza de mayor valor.
Mientras, los delincuentes siguen haciendo de las suyas con pequeños robos (cables, ruedas, vidrios como en este caso, medidores de gas y agua), que no tienen penas altas como castigo y les permiten un lucro por su posterior venta.
