Al cumplirse un mes del crimen del colorista Germán Medina en la peluquería de Facundo Verdini en Recoleta, en la que el joven vecino de Morón trabajaba, el Ministerio de Seguridad de Nación dio a conocer la recompensa de 5 millones de pesos para dar con el paradero de Abel Guzmán, el compañero de trabajo del fallecido y quien disparó el balazo mortal.
Una semana después del hecho Mónica, la mamá del trabajador asesinado, había hecho público un pedido en esa sintonía a las autoridades desde la plaza San Martín, de Morón, en donde encabezó un pedido de justicia.
“Esperamos que nos acompañe el Gobierno de la provincia como el de la Ciudad, que pongan una recompensa si es necesario para que la gente que lo esté cubriendo, lo denuncie porque tanto el que lo guarda como el que es cómplice tiene que pagar”, exclamó la mujer.
Ese planteo fue tomado por el Ministerio de Seguridad de Nación a través del programa Nacional de Recompensas, desde donde dieron a conocer este lunes la resolución que ofrece el monto.
Es para “aquellas personas que, sin haber intervenido en los hechos delictuales, brinden datos útiles que permitan lograr la captura de Luis Abel Guzmán, con último domicilio registrado en calle Agrelo Nº 1546, localidad de Merlo, provincia de Buenos Aires, sobre quien pesa orden de captura desde el día 21 de marzo de 2024”.

La causa tramita ante el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Nº 48, a cargo del juez Javier Sánchez Sarmiento, y está caratulada como homicidio. Como se recordará, todo ocurrió el pasado 21 de marzo en la peluquería en que víctima y asesino compartían trabajo en medio de una conversación de la que participaban otras personas.
En esas circunstancias Guzmán extrajo un arma de su cintura y disparó contra Medina, al que le asestó un proyectil en la cabeza, lo que provocó su muerte en el acto. Desde entonces no se sabe nada del tirador.

“Habían terminado el día de trabajo y eran las únicas cinco personas que estaban. Se juntaron para distenderse y después cerrar el local. Por lo que se ve en las imágenes, entiendo que había algún tipo de encono entre ellos y utilizó ese momento para descargar la ira. Otra explicación no le encontramos”, contó el abogado Cristian Benítez, representante legal del dueño de la peluquería.