“Todavía no puedo creer lo que está pasando”. Verónica, la hermana de Jorge López, el joven vecino de Castelar que trabajaba como repartidor y fue baleado en la cabeza en una plaza de Virrey del Pino cuando intentaron robarle la moto, confirmó hace instantes que el muchacho falleció anoche en el hospital Simplemente Evita de González Catán.
Primer Plano Online había informado en la semana que su estado de salud era irreversible. Y anoche, a raíz de una “falla multiorgánica” su corazón dejó de latir. El diagnóstico de muerte cerebral que ya tenía sólo mantenía con vida al cuerpo mediante la actividad cardíaca, que se apagó definitivamente.
La familia de Jorge López no sale del abismo. Ayer, otro hermano del muchacho sobrevivió de milagro: estaba trabajando en la obra en demolición que se derrumbó en Ituzaingó y provocó la muerte de un joven de 18 años. “Ese chico era su mejor amigo”, contó Verónica en conversación con Primer Plano Online. En medio del milagro les llegó la noticia del deceso.
Clausuraron el inmueble que se derrumbó en Ituzaingó y causó la muerte de un joven obrero
A Jorge lo balearon en la cabeza el 16 de marzo pasado y desde entonces estuvo internado en el hospital Simplemente Evita de González Catán. El muchacho, de 23 años, recibió un disparo que le atravesó el cráneo de lado a lado en el intento del robo de su moto por parte de dos sujetos que, luego del ataque, fugaron del lugar.
Estaba con una amiga en la plaza 20 de Junio de Virrey del Pino cuando fue atacado. Siempre según lo que logró reconstruir Verónica, a la chica le robaron la mochila y a Jorge le exigieron la llave de la moto. “Él se negó, les pidió por favor porque la usaba para trabajar. Ahí le pegaron primero un culatazo y luego otro, y en el segundo supuestamente se les escapó la bala”, refirió la hermana.
“Boludo, qué hiciste”, le alcanzó a decir uno de los ladrones a otro antes de salir corriendo del lugar con la mochila y desistir de robar la moto. El repartidor quedó malherido en el lugar y la ambulancia “tardó una hora en llegar y encima cuando fue no tenía ni camilla, por lo cual demoraron más aún el traslado”, agregó la hermana de Jorge.
Desde aquel momento la familia del delivery sólo atraviesa padecimientos. Por un lado, la falta de avances concretos en la investigación, que está ayer estuvo en manos del fiscal Gastón Bianchi, de la UFI Nº 3 de La Matanza, y ahora será girada a Homicidios, porque la imputación contra los atacantes cambia.
Justamente los sujetos están identificados, pero siguen prófugos por el momento. “La vez que aparecieron todos los periodistas y medios fue cuando la Fiscalía empezó a moverse y apuró a la DDI por la causa. Después nunca más. Aún seguimos pidiendo testigos ya que la mayoría de los vecinos se negó a hablar o mismo a brindar las filmaciones de las pocas cámaras de seguridad que hay”, se quejó Verónica.
La otra cuestión: el hijo de Jorge, de apenas cuatro años, necesita la atención de una persona profesional de la psicología infantil. Extraña a su papá y esa fue la recomendación que recibieron. Pidieron ayuda y contención en varios lados: asistencia a la víctima, el hospital donde estaba internado su papá y en el Estado, pero todavía no consiguieron respuestas.