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Morón supo cambiar. Ahí radica lo más valioso del triunfo de esta noche frente a Atlanta en el Francisco Urbano. El equipo de Walter Otta se sobrepuso con más actitud que fútbol al doble traspié inicial en la competencia y se quedó con tres puntos muy valiosos, que sirven -más allá de lo numérico- para recuperar la autoestima de un grupo de futbolistas que deambularon para la cancha en los primeros partidos. En un campo de juego rápido por la lluvia de los últimos días, el ‘Gallo’ consiguió redondear una buena tarea y quedarse con una importantísima victoria.
Hubo que esperar hasta los 14 minutos para vivir la primera emoción fuerte de la noche. Allí, un gran anticipo en la mitad del campo de Emanuel Giménez permitió que el mediocampista habilite al goleador histórico del Gallo. Akerman entrando al área enganchó de zurda hacia el centro, se sacó de encima al marcador y con un derechazo fuerte la clavó abajo, contra el palo izquierdo de Medina. Auténtica conquista del artillero local.
Dos cambios metió Fernando Ruiz para la parte final. Gabriel Seijas entró por Luis Monge y Diego García hizo lo propio en lugar de Mauro Marrone. Atlanta cambió totalmente su cara y revirtió la imagen anodina que había dado en la etapa inicial. Tanto se notó que al minuto nomás, la visita llegó a la igualdad pero el tanto no valió. Fue luego de una enorme jugada de García por la derecha, que esquivó a tres jugadores del Gallo y la cruzó al medio. Seijas entró por el medio del área y la empujó a la red, pero en la jugada se metió Ramos y obstruyó la visión de Milton Álvarez en offside. Por eso el juez de línea invalidó el gol. Más allá de la anécdota de la jugada, quedó claro que el Bohemio salió con todo a intentar el empate en el complemento. Y fue mucho para el Gallo. Porque a los 5 minutos, Otermín cabeceó en el primer palo de anticipo un córner y empató el juego.
El envión inicial de Atlanta anuló a Morón, que se vio superado ampliamente en ese primer cuarto de la etapa final. La reacción del local llegó recién a los 18, con un tiro desde afuera que tapó Medina y en el rebote Giménez la tiró apenas afuera. Desde ese entonces, el juego estaba para cualquiera. La necesidad del Gallo y el aplomo de Atlanta dibujaron un partido muy entretenido y siempre abierto hasta el final, sobre todo a partir del ingreso del barullero Matías Pardo en el conjunto de Otta. La gente lo pidió en la platea y el entrenador volvió a ponerlo en un momento caliente del encuentro.
De los pies del juvenil llegó otra clara. A los 26, volcado en el sector derecho del ataque, metió un pase cruzado por lo bajo al área para dejar en soledad al ‘Bicho’ Rossi frente al arquero, que atoró y obligó a una definición apurada del atacante. La pelota se fue apenas contra el caño izquierdo. Pero a los 29, otra vez apareció Akerman para empujarla a la salida de un tiro desde la esquina y la locura se adueñó de los hinchas locales. Los aplausos al goleador se sucedieron a los pocos minutos, cuando el técnico lo sacó para que ingrese Toledo. Ahí las palmas dieron lugar a la ovación.
Lo que quedó de partido se diluyó entre la impotencia del Bohemio para intentar el empate y la virtud de Morón de jugar lo más lejos posible de su arco. Triunfo, festejos y puños apretados para jugadores, cuerpo técnico y simpatizantes. El equipo al fin arrancó. Y lo mejor es que el techo aún está lejos, con lo cual hay mucho para mejorar.
Morón: Álvarez; Ferreira, Broggi y Mayola; Guzmán, Giménez, Lillo, Minici; Giménez; Rossi y Akerman. DT: Walter Otta.
Atlanta: Medina; Monge, Alonso, Otermín y Jerez; Guerra, Rodríguez, Marrone y Sánchez; Altobelli y Ramos. DT: Fernando Ruiz.
Goles: PT 14 y ST 29 Damián Akerman (Morón); ST 5 Ariel Otermnín (Atlanta)
Cambios: ST Seijas y García por Monge y Marrone (A); 20 ST Pardo por Guzmán (M); y 32 ST Toledo por Akerman (M).