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domingo, octubre 6, 2024
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Morón: absolvieron al policía de la Ciudad que mató a su hermano al confundirlo con un ladrón

“Acelerá o te mato. Arrancá, dale, dale”. Esas fueron las últimas palabras que pronunció en vida Ricardo Juan Manuel ‘Nano’ Bulacio. Sentado al volante de un Peugeot 206 estaba su hermano Pablo Facundo Cisneros, quien le disparó cuatro balazos por creer que estaba frente a un robo.

Cisneros es personal de la Policía de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y desde entonces, la noche del 11 de septiembre de 2020, carga con ese dolor de la tragedia familiar que, aseguró, cometió por error al intentar defenderse de lo que pensó era un asalto. Un detalle no menor: por esa fecha se vivían todavía fuertes restricciones de circulación a raíz de la pandemia.

Eran las 20.20 de ese día cuando el efectivo esperaba el cambio de semáforo en el cruce de las calles Hipólito Yrigoyen y Belgrano, de Morón. Justo en ese momento tomó su teléfono y se le acercó una persona a la que describió como “alta, toda de negro, con barbijo y capucha”, le abrió la puerta del auto, entró del lado del acompañante y con un tono de voz impostado le esgrimió la amenaza.

“Yo veo que él hace un movimiento con la mano, pensé que me iba a matar, pensé que era un ladrón, que me iba hacer algo. Le grité ‘alto, policía’, cuando veo que hace ese movimiento saco la pistola disparo y bajo del auto. Mi auto seguía avanzando, y cuando lo doy vuelta veo que era mi hermano. Ahí empecé a gritar ‘es mi hermano’, ‘que hice’”, fue lo que expresó Cisneros en el juicio abreviado que enfrentó ante el Tribunal Oral Criminal Nº 3 de Morón, a cargo del juez Federico Topino.

Primer Plano Online tuvo acceso al fallo de 79 carillas, que concluyó con la absolución de Cisneros

Después de eso, historia pura: Bulacio murió en el acto y, en la balacera, también fue herido con una vaina que le quedó incrustada en el pómulo un automovilista que justo pasaba por ahí y que salió con apenas esa lesión porque el vidrio de su ventanilla amortiguó el proyectil. De todos modos, en el caso de esa víctima, si bien fue clave para el desarrollo de la investigación sus dichos terminaron siendo calificados como “mendaces, contradictorios e inverosímiles” por el magistrado a cargo del debate.

Concluyo que la actitud llevada a cabo por Bulacio resulta perfectamente coherente y esperable a la de un hecho contra la propiedad -incluso contra la vida-, por lo que cabe subsumir la conducta de Cisneros en un error de tipo invencible, que -en definitiva- elimina cualquier posibilidad de punición de ello”, reflexionó el juez Topino a la hora de fundamentar su absolución. Para el juez se trató de un error: Cisneros no quiso matar a su hermano, sino que se defendió de lo que pensó era un asalto.

“Mi hermano es todo para mí, él era mi otra mitad”, contó Cisneros en el juicio cuando le tocó hablar, antes de romper en llanto. “No lo reconocí la voz cuando me dijo ‘arrancá o te mato’. Puede ser que me haya querido hacer una broma, o hablaba así jodiendo, esto porque era mi cumpleaños”, agregó el policía, que carga con una pena natural que la justicia del hombre no puede igualar.

El juez Topino, asimismo, dispuso enviar una copia íntegra del fallo a la Oficina de Transparencia y Control Externo de la Policía de la Ciudad, teniendo en cuenta que Pablo Facundo Cisneros presta servicios como miembro integrante de esa fuerza de seguridad.

“Acomodaste todo para que hoy estuviéramos juntos escuchando el final que tanto anhelábamos. Ahora sí, hermano: volá alto que a mamá la cuidamos nosotros. Nunca dejes de venir a abrazarme en mis sueños y enviarme tus señales cuando siento no poder más. Te voy a extrañar siempre con cada parte de mi ser. Te amo para toda la eternidad”, posteó su hermana una vez que la familia conoció el fallo judicial que cierra ese capítulo tan dramático.

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