Luego de permanecer 24 horas aprehendidos, liberaron a los dos efectivos policiales a los que se les escapó el sujeto detenido al que trasladaban rumbo a la comisaría 4ª de Ituzaingó.
Los dos agentes quedaron procesados por los delitos de facilitación de la evasión e incumplimiento de los deberes de funcionario público. Como en cualquier otro caso, rige el principio de inocencia, y como ambas figuras son excarcelables recuperaron su libertad.
Los agentes en cuestión son Manuel Barcala y Sergio Omar Molinas, ambos pertenecientes a la comisaría Primera de Ituzaingó, quienes quedaron en disponibilidad y no están trabajando en la fuerza, con lo cual todavía hay que esperar para saber cuál será su destino.
En conversación con Primer Plano Online, el secretario de Seguridad de Ituzaingó, José Rosendo, manifestó su “indignación” por la actuación del personal policial.

Como informó Primer Plano Online, el hecho revolucionó el barrio San Alberto el martes por la tarde, cuando durante el traslado de Leonardo Ramón Sosa, un joven detenido el lunes al que le saltó por sistema que tenía un pedido de captura pendiente, ambos agentes desviaron su trayecto y, en un descuido, el sujeto le pegó una patada al patrullero y escapó corriendo y esposado.
Desde entonces lo buscan con intensidad, pero todavía no pudieron recapturarlo. La fiscal dispuso que sean la DDI de Morón y la Gendarmería Nacional quienes queden al mando de la pesquisa para su búsqueda.
La fuga tras pegarle una patada a la puerta del patrullero
El hecho ocurrió en la esquina de Camerucci y San Fernando, del barrio San Alberto, por donde los oficiales pasaron a pedido del ahora prófugo con la excusa de pasar a saludar a su madre. Las fuentes consultadas por este medio señalaron que corrió, ingresó a una vivienda y escapó por los techos.
Sosa había sido aprehendido el lunes por la noche por un delito menor, que fue violación de un domicilio al que no podía acercarse por tener una restricción perimetral. Cuando la Policía lo redujo dio una identidad falsa, pero luego en sede judicial la fiscal Gabriela Millán, de la UFI Descentralizada Nº 1 de Ituzaingó, mandó a pedir sus antecedentes tras ficharlo y descubrió que tenía pedido de captura.
La cuenta que tiene por saldar Sosa con la justicia es por un robo agravado (sus huellas quedaron registradas en una botella en el escruche a una vivienda de Morón) y un homicidio agravado cirminis causa en grado de tentativa.
Es decir, disparó contra la víctima al huir, por lo que también pesa sobre él la imputación de una portación ilegal de arma de guerra (actuó en ese hecho con una pistola calibre .40). Ese caso tramita ante la fiscal Silvana Bonini, de la Fiscalía Nº 1 de Morón.