“En el peronismo sobran candidatos y estamos en una etapa de organización que es muy promisoria”. Gustavo Menéndez, intendente de Merlo y titular del PJ bonaerense hasta diciembre próximo, reconoció que no es objetivo a la hora de mirar el futuro y que, si de él dependiera, Felipe Solá sería “un gran candidato a presidente”. Pero esa definición se da de bruces con los actos que lleva adelante en su devenir político partidario que aparece al menos como contradictorio.
Si bien en su caso lo blanqueó, muchas veces los dirigentes no necesitan hablar personalmente para saber lo que piensan. Lo hacen a través de voceros o de sus hombres de confianza, y así dejan entrever su pensamiento, ese que por algún motivo no expresan personalmente. El caso de referencia, el ex gobernador bonaerense y actual diputado nacional, mantuvo un encuentro privado con un grupo de intendentes del peronismo bonaerense que le hizo saber que vería con buenos ojos que vaya preparando una candidatura presidencial para enfrentar a Cambiemos en 2019.
«El país necesita un peronista con experiencia para revertir la situación en la que nos va a dejar nuevamente esta política neoliberal», dijo luego de esa reunión el senador bonaerense Gustavo Soos. Todo el mundo de la política sabe que si habla Soos, en realidad quien opina es Menéndez. El legislador provincial sigue siendo la mano derecha de su jefe político en el distrito.
Después de esa definición, y a poco de que haya trascendido que el propio Menéndez en persona le propuso a la gobernadora María Eugenia Vidal que si era la candidata del peronismo un importante número de intendentes del PJ la iba a acompañar, otra vez el intendente de Merlo salió a escena con una voltereta mágica, de esas que no lo terminan de ubicar ni en un lugar ni en otro.
Ahora se bañó por un rato de kirchnerismo puro, acompañando al diputado Agustín ‘Chivo’ Rossi, jefe del bloque de Unidad Ciudadana en el Congreso Nacional, en una acto que se llevó a cabo en el bar ‘El Federal’, de Merlo, donde había estado con Cristina Kirchner antes de la elección legislativa de 2017.
Es curioso que el mandamás merlense, hombre con una enorme actividad en las redes sociales, no haya dado cuenta personalizada del acto. Sí lo hicieron algunos de sus seguidores, y el ojo clínico de Primer Plano Online lo detectó. Rossi es el primer dirigente del riñón K que se lanzó a la carrera por el 2019, y el equilibrista Menéndez le dio su bendición, como a Solá y a Vidal. Una máxima del peronismo a pleno: aquello de poner un huevo en cada canasta.
El mandamás merlense está armando una suerte de base territorial en las diferentes secciones electorales que no le está resultando sencillo y le acarrea cortocircuitos importantes con el bloque de diputados que responde al grupo de intendentes (comandado por Julio Pereyra, jefe político de Florencio Varela). En rigor, lo que hace Menéndez es dejar de lado a los referentes locales y armar sus propias estrategias con dirigentes que no conducen los distritos. En varias tertulias peronistas no son pocos los que especulan con que pretende ser candidato a gobernador en 2019, y por eso su armado personal y su alta exposición.