Por Cecilia García (*)
El basural se ubica en un lugar que solía ser una tosquera. Inicialmente, solo se depositaban allí residuos sólidos de los vecinos, pero con el paso de los años el crecimiento ha sido tal que hasta camiones atmosféricos descargan residuos cloacales en el lugar. En La Quema no existe ningún tipo de control y esto generó la contaminación del ambiente y causó enfermedades entre los vecinos de la zona.
En ‘La Quema’ más de 200 personas se exponen a diario, de ellos el 33% de los trabajadores son mujeres y el 40% son menores de edad. Son trabajadores informales que se dedican a recolectar basura y esperan todos los días el vuelco de los camiones llenos de residuos, desechos de todo tipo que son recolectados en busca de materiales para vender como cartón, metal, vidrio, comida, ropa, y neumáticos
Hace cuatro años el Municipio de Luján junto con distintas organizaciones, entre ellas el Movimiento de Trabajadores Excluidos, propuso convertir el basural en una planta recicladora y construir un centro ambiental para que los recicladores urbanos trabajen en condiciones dignas.
Durante estos últimos años, han surgido varios conflictos con el sector empresarial cuyos intereses han obstruido el avance del proyecto. A pesar de esta situación, en octubre de 2022 se iniciaron las tareas de cierre del basural y la construcción de un Centro Ambiental, a través del Plan Federal de Erradicación de Basurales a Cielo Abierto, que cuenta con una inversión de más de 10 millones de dólares.
Este Centro Ambiental contará con una planta integral de tratamiento de residuos, buscando mejorar la gestión de los residuos sólidos urbanos y también mejorar las condiciones de trabajo para los y las recuperadoras, y además contará con guardería para los trabajadores y un ecoparque.
El proyecto se enfoca en la economía circular como medio para recuperar los residuos sólidos urbanos, mediante su tratamiento y la recuperación de los distintos materiales para darle el tratamiento correspondiente y también la inclusión social de todos los y las trabajadoras. Las obras, además de llevar a cabo el saneamiento del basural, contará con plantas de control, oficinas administrativas, plantas de separación y clasificación manual, depósitos de materiales recuperados, planta de tratamiento de líquidos lixiviados y talleres de mantenimiento.
Los basurales a cielo abierto representan uno de los mayores desafíos ambientales. Uno de los grandes problemas ambientales es la falta de impermeabilización del suelo, lo que lo convierte en un foco de contaminación debido a la filtración del agua, generando contaminación en las napas así como también emisión de gases y la posibilidad de generar focos de incendio.
(*) Cecilia García es Técnica en Gestión Ambiental
