El gobernador bonaerense, Axel Kicillof, respondió las críticas que recibe de diversos sectores políticos y sociales por los casos de inseguridad que sacuden a la provincia de Buenos Aires en general y al conurbano en particular.
“No estamos conformes. Vamos a seguir trabajando todos los días para invertir y mejorar la seguridad en la Provincia como lo hacemos: sin fuegos artificiales, sin chicanas, con trabajo serio, cotidiano. El equipo de seguridad, las autoridades de la Policía y los agentes de la fuerza de manera incansable, arriesgando la vida todos los días por el pueblo bonaerense”, expresó el mandatario.
En un repaso de lo que fue se gestión hasta el momento (atraviesa el segundo mandato), el gobernador enumeró que cuando asumió el cargo la Policía contaba con 790 patrulleros, y en sus seis años de administración ya adquirió un total de 5.500 nuevos vehículos para la fuerza.
También valoró la creación de bases policiales específicas, como las 25 estaciones de la Unidad Táctica de Operaciones Inmediatas (UTOI), que son “agentes entrenados especialmente” para intervenir ante determinadas situaciones.
Kicillof: “nosotros no hacemos bandera con un tema tan complicado, tan complejo”
“Dicen ‘no habla de seguridad’. Nosotros no hacemos bandera con un tema tan complicado, tan complejo. Cambiamos la organización de toda la Policía y por primera vez equiparamos los sueldos de nuestros agentes con los de las fuerzas federales, porque no es menos un policía de la Provincia de Buenos Aires que un policía de otra jurisdicción”, consideró.

En las últimas semanas, Kicillof viene siendo destinatario de fuertes dardos de parte del jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, y del ministro de Seguridad de esa jurisdicción, Waldo Wolff, por la cantidad de ataques que sufren oficiales de la Policía de la Ciudad en territorio bonaerense, lo que incluye el asesinado de Brian Coria en Castelar el pasado 14 de enero.
Pero la política de seguridad en territorio provincial también es objeto de fuertes cuestionamientos de parte de los intendentes. El caso testigo más resonante de las últimas semanas lo protagonizó Pablo Descalzo, jefe comunal de Ituzaingó, cuando entregó patrulleros comprados con fondos del Municipio para la Policía y ningún representante de la fuerza acudió al acto. Tampoco el ministro de Seguridad, Javier Alonso, destinatario de la ira del mandatario.