En la jornada de alegatos del conocido como juicio Candela 2 en el que se intenta dilucidar la participación de cuatro sospechosos y su vinculación con el asesinato de la niña Candela Sol Rodríguez ocurrido a finales de agosto de 2011 en Hurlingham se conocieron los alegatos de las partes, es decir, el monto de pena y por qué delito hecho tanto por la Fiscalía como por las defensas de los imputados.
En este segundo capítulo judicial, que se ventila frente a los jueces Alejandro Rodríguez Rey (presidente), Cristian Toto y Mariana Maldonado, del Tribunal Oral Criminal Nº 6, están sentados en el banquillo el conocido narco Miguel Ángel ‘Mameluco’ Villalba; el ex policía Sergio Fabián Chazarreta; Héctor Horacio ‘Topo’ Moreira, sindicado como buchón de la Policía; y el carpintero Néstor Ramón Altamirano, quienes enfrentan la acusación de los fiscales Mario Ferrario y Marcelo Papavero.
La Fiscalía desestimó acusar a Altamirano, que de este modo será absuelto, mientras que para Villalba, Chazarreta y Moreira el pedido realizado fue el de prisión perpetua en orden al delito de privación ilegal de la libertad agravada por ser una menor de edad la víctima, por haber sido cometida de forma coactiva y seguida de muerte.
Como medida cautelar, y en atención al tenor de la pena planteada, los fiscales solicitaron la detención inmediata de Chazarreta y Moreira, que llegaron en libertad a este juicio. Eso fue rechazado por el tribunal bajo el argumento de que ambos imputados estuvieron a derecho en cada etapa en que se los requirió.
Las defensas de los acusados, por su parte, pidieron las absoluciones de sus clientes, cuestionaron la investigación, el desarrollo del juicio y se basaron en las palabras de Carola Labrador, la mamá de Candela, quien se retiró del debate con duras acusaciones contra el Ministerio Público Fiscal: “lejos de darnos esperanza de hallar justicia lo único que han hecho es sumirnos en la oscuridad y producirnos todavía más dolor, dirigiendo sus embates contra nuestra familia”.
Es más: también apuntaron contra los fiscales por no haberle realizado ninguna pregunta a ‘Mameluco’ Villalba, al que tuvieron sentado cara a cara y al que no le expresaron ni una pregunta, tal como informó la semana pasada Primer Plano Online. “Quiero que me expliquen por qué estoy acá”, les había preguntado el narco, quien también calificó de “flaco” y “débil” al juicio en su contra.
De este debate, de hecho, queda como un registro histórico el conseguido por este medio en exclusiva: la foto que él se sacó con la mamá de la nena asesinada en la primera audiencia. Ahora sólo resta conocer la sentencia, para la que el tribunal se tomará hasta el mes que viene.
EL JUICIO
A lo largo de las varias jornadas que tuvo el debate hubo pocos elementos por rescatar. Quizá por el paso del tiempo o quizá porque las personas convocadas poco tuvieron para aportar en tren de la búsqueda de la verdad, lo cierto es que los testimonios recopilados no permitieron extraer elementos contundentes en relación a lo que fue objeto del proceso judicial que ya lleva 13 años.
La primera en declarar fue Carola Labrador. Convocada por los magistrados se sentó en el pasillo central y recordó cómo fue el día que vio por última vez a su hija. Fue el 22 de agosto de 2011, una semana antes de que apareciera el cuerpo.
Fue en la casa ubicada en la calle Coraceros 2552, de Villa Tesei. La menor salió de la vivienda cerca de las 15 para encontrarse en la esquina con unas amigas del grupo Scout que integraba. A las 16.45 las chicas fueron hasta el domicilio de la nena para comentarle a su mamá que no había ido al encuentro de ellas. Cerca de las 19, Carola fue a la comisaría 2ª de Hurlingham a radicar la denuncia por su paradero.
Según su relato, la Policía no le quería tomar la denuncia y tampoco arrancó con la búsqueda hasta que ella se puso firme y exigió hablar con el comisario. Después de eso le tomaron declaración y los uniformados se comenzaron a mover. Al día siguiente se presentó en su casa el fiscal Marcelo Tavolaro, a cargo de la investigación, y luego la plana mayor de la Policía regional. Carola hoy en día todavía cuestiona el trabajo de ese funcionario judicial.
En su exposición narró cómo fueron esos eternos nueve días sin Candela, en los que no podía atender el teléfono ni salir de su casa salvo cuando parecía que tenían una pista y la Policía la llevaba a distintos lugares. También rememoró el instante en el que encontraron el cadáver de su hija a 30 metros de la colectora norte de la Autopista del Oeste, en el barrio Libertador de Hurlingham.
“Candela estaba envuelta en una bolsa de consorcio. Su cuerpo estaba lavado, uñas cortas, pies limpios”, señaló con lágrimas en los ojos. E insistió: “quiero justicia por mi hija”. En sus palabras también valoró el trabajo realizado por el fiscal Ferrario, quien tomó la causa tras el desplazamiento de Tavolaro. Justamente una de las preguntas de la Fiscalía fue referida a una frase que Carola había manifestado por televisión.
“¿Por qué a través de los medios dijo: ‘muchachos ya está… tienen la manzana rodeada, devuélvanme a mi hija’?”, la indagó el fiscal. La respuesta de Labrador fue que el jefe de la Policía de entonces, Juan Carlos Paggi, le había asegurado que ya tenían identificados a los responsables de lo que por el momento era un secuestro. Curiosamente, ninguno de los jefes policiales de aquel entonces estuvo convocado para este segundo juicio.
En el primer debate en torno al caso la justicia pudo establecer que Candela fue llevada cautiva a la villa Costa Esperanza, en San Martín, y luego a la casa de la calle Kiernan 992 de Hurlingham, donde los investigadores encontraron ADN de la nena. En ese debate Hugo Bermúdez y Leonardo Jara fueron condenados a perpetua, sentencia ya confirmada por la Suprema Corte bonaerense. Se esperaba que en este segundo juicio quede claro si el crimen de la nena fue una venganza contra su padre. Los jueces tendrán la última palabra.