La camiseta que ilustra este artículo es la que vestirá el Deportivo Morón en el último partido del año, que se jugará este lunes 10 de diciembre en Santiago del Estero contra Mitre desde las 22.
Lo novedoso es la leyenda en el pecho de los futbolistas del ‘Gallo’ en recuerdo a Mariano Guaraz, el hincha asesinado por un efectivo de la Policía bonaerense del gobernador mano dura de aquel entonces, Carlos Ruckauf. El sanguinario suboficial Alfredo Silva disparó con balas de plomo hacia los simpatizantes de Morón, que habían ido a alentar a su equipo al estadio de Almirante Brown en aquella jornada. Era un clásico; terminó siendo una masacre.
La víctima fatal tenía 16 años y era la primera vez que concurría a ver al club de sus amores. Y la única. En aquella violentísima represión hubo otros dos heridos graves: Miguel Lobato y José Luis Chammah, que fueron operados en el hospital Paroissien de La Matanza. Lobato recibió dos disparos en una pierna y otro en un pie, mientras que Chammah o ‘Jochu’, como todos lo conocen, fue blanco de varios impactos en distintas partes del cuerpo. Los tres fueron destinatarios de perdigones de plomo disparados con una escopeta no reglamentaria dentro del estadio de ubicado en Isidro Casanova. Una auténtica cacería ilegal.
El policía Silva quedó detenido tras la balacera. La justicia de La Matanza actuó de manera inmediata: secuestró armas de 200 efectivos y procedió a la detención del uniformado. Con el paso de los años, el agente fue condenado por la muerte de Guaraz y las heridas causadas a los otros hinchas.
“A 18 años de aquella fatídica tarde, lo más llamativo es que no sólo nada haya cambiado sino que, inclusive, todo empeoró. El fútbol hoy dejó de ser un espectáculo y se convirtió en una cuestión de vida o muerte”, reflexionó ‘Jochu’ Chammah en conversación con Primer Plano Online. Y remató: “El 16 de diciembre de 2000, para los hinchas de Morón fue una bisagra. Para el sistema que maneja el fútbol fue un día negro más. Hace 18 años, los hinchas de Morón vivimos el peor día de nuestra historia. Mariano fue la muestra cabal de que, para el sistema del fútbol, la vida no tiene ningún valor”.
El asesino que se escondía detrás de un informe policial quedó en libertad luego de cumplir un porcentaje de la pena, ya que desde antes del juicio el policía estuvo detenido. Por el contrario, Guaraz no tuvo revancha. Su familia sólo puede recordarlo y llevarle flores al cementerio. Mañana, el plantel del Deportivo Morón lo recordará con su inscripción en el pecho.