El escándalo en el comité de la Unión Cívica Radical en Ituzaingó ya trasciende lo político y pasa a ser un diferendo personal entre la actual presidenta, Nadia Porro, y el ex titular partidario Pablo Brizuela, que salió a desmentir las acusaciones por llevarse mobiliario del local de la fuerza que cerró sus puertas en febrero pasado.
Con un pedido de derecho a réplica que Primer Plano Online concede como corresponde, Brizuela también sumó a la concejal María Eugenia Sanguina a sus expresiones. En un texto que fue elaborado junto a un abogado, porque anticiparon que el tema se resolverá en la justicia, precisó que todos los pasos que ejecutaron tras el retiro de muebles, sillas y demás pertenencias tras el cierre del comité de la calle 24 de Octubre al 800 fueron los estipulados en la carta orgánica.
“La UCR de Ituzaingó no tiene casa propia. Lo que establece el procedimiento interno es que, cuando no se puede alquilar un inmueble por motivos determinados, el mobiliario se mantiene en la casa de algún afiliado”, señaló Brizuela a Primer Plano Online. En este caso afirmó que se trata de la vivienda particular de la edil Sanguina.
Asimismo, el actual secretario general del centenario partido detalló que la nueva sede aludida por Porro, ubicada en la calle Gascón al 100, “no es una sede oficial, porque para abrir un local existe en la Carta Orgánica un procedimiento que en este caso no se cumplió”.
Las acusaciones de Nadia Porro y la respuesta de Pablo Brizuela sobre la situación de la UCR de Ituzaingó
Nadia Porro, actual presidenta de la UCR de Ituzaingó, reveló a Primer Plano Online que antes de recurrir a la justicia con una denuncia formal intentó también dialogar con Brizuela y hasta tuvo reuniones personales con él, pero su negativa a devolver el mobiliario fue “rotunda, como si fuera un nene de sala Verde”. “Vos no podés ser presidenta de la fuerza”, le expresó según sus dichos, con “violencia verbal y disminuyendo a las mujeres como tal”.
Brizuela, por su parte, mandó una serie de ítems con los cuales salió al cruce de esas afirmaciones. Por un lado, aclaró que “el mobiliario de la sede se encuentra inventariado ante escribano público” y “a disposición de encontrar un nuevo sitio para ubicar nuestra sede”. Por el otro, que la mudanza no se hizo de noche sino “durante el día tal en presencia del locador”.
El dirigente rechazó, asimismo, “la existencia de la conversación mencionada” por Porro y las frases atribuidas. “Es un recurso muy bajo escudarse en una causa justa como lo es la lucha contra la violencia de género y tratar de utilizarla para una clara maniobra política”, argumentó. Quien también se despegó del diálogo con ella fue la concejal Sanguina, que consideró “lamentable” verse involucrada “en este tipo de ataque infundado”.
Para finalizar, Brizuela aseveró que “no se ha registrado ninguna intervención formal por parte de dirigentes provinciales en el tema en cuestión” y en algo sí coincidieron, porque ambas partes dijeron lo mismo: el cierre del local partidario se produjo debido a la imposibilidad de seguir haciendo frente al gasto del alquiler y de servicios.
Y remató: “todo esto surge porque en breve el partido tiene elecciones internas para renovar autoridades”. “Es en estos casos donde corresponde presentar una propuesta sana, propositiva, un plan de trabajo y colaborar para que entre todos generemos una sociedad más equitativa donde entre los partidos políticos prime el diálogo, el respeto y dejen de usarse caminos alternativos que dejan en evidencia la calidad de cada persona”, concluyó Brizuela.
