Si hay un lugar al que por naturaleza históricamente la gente se acercó en tiempos de crisis es el Mercado Central. Pero ahora, las estadísticas del parate económico son lapidarias: si se compara febrero de 2019 con el mismo mes del año anterior, las ventas cayeron un 50 por ciento. Exactamente la mitad.
El dato fue confirmado por el titular de la Cámara de Operadores Mayoristas Frutihortícolas del Mercado Central (Comafru), Fabián Zeta. “Es el peor momento de las últimas décadas porque las ventas de frutas y verduras bajaron un 50 por ciento. Las verdulerías tampoco colaboran con la coyuntura porque remarcan muchísimo, sin relación con los precios nuestros», se quejó en diálogo con el diario BAE.
Para el directivo, además de la inflación y el dinero que no alcanza y que deriva en una abrupta caída del consumo masivo, el funcionamiento de más de treinta mercados ilegales, que venden mercadería sin controles bromatológicos en las proximidades del Mercado Central, contribuye a la retracción.
Otra estadística alarmante en torno al gigante frutihortícola es que, a lo largo de 2018, se perdieron más de 700 puestos de trabajo. Por eso, el sector reclama, por un lado, el congelamiento en el costo de los alquileres de los puestos, y por otro, una reducción de las tarifas de luz. «En 2015, había gente que pagaba $2.000 y que, hoy, debe abonar $18.000 o $20.000», argumentó Zeta.
Por último, el productor calificó como «alarmante» a la ausencia de «público comprador», al ser consultado por un documento oficial que dio a conocer el Mercado Central, en el que detalla un incremento de las ventas de papa. Por el contrario, citó que en todos los casos hay una «baja sostenida». Y explicó: «Aquí no se vende, los puesteros estamos en crisis y tenemos miedo por el trabajador que contratamos y temor por nuestra fuente de trabajo».
