La grieta y su decisión de no hablar en público de política partidaria derivaron en una explicación sobre por qué el reconocido escritor y vecino de Castelar Eduardo Sacheri no usa el lenguaje inclusivo en sus textos ni en su oralidad.
“Tuve la suerte de crecer en una familia donde se podía hablar de todo y se podía pensar como uno quería. Desde muy chiquito, no sólo conmigo sino con mis hermanos también, no estaba eso de no te metas que sos chiquito. Y después que murió mi viejo, que fue cuando yo tenía diez años y fue una herida muy fuerte, mi crianza fue muy femenina en casa”, arrancó el autor de gran cantidad de piezas literarias de excelencia.
En ese tramo de la charla en el programa Animales Sueltos, por el canal América, allí recordó la crianza brindada por su mamá, por su abuela, su tía tanto a él como a su hermana y una palabra que sonó rara en su boca: “primes”, tal como se escuchó, lo que ameritó la interrupción del conductor Alejandro Fantino.
“¿Dijiste primes?”, le consultó el también relator deportivo. Y Sacheri descartó de plano esa chance. “No, dije primas. No hablo en inclusivo. Espero ser inclusivo en mis actitudes. No necesito modificar el castellano. No me sirve que cambiemos el idioma, me sirve que cambiemos la conducta”, reflexionó.
“Es un tema espinoso, porque te digo esto y seguro que llego a casa y encuentro 200 tuits donde me dicen de todo porque desprecio el lenguaje inclusivo. Si querés usarlo, usalo; prefiero que no me juzgues por no usarlo. Yo llego a un lugar y digo ‘¿cómo andan todos?’, y dénse por saludados”, graficó el novelista.
Y cerró con una máxima del periodismo, sobre todo gráfico, en el que uno de sus valores fundantes es la economía de palabras. “El lenguaje es sintético. Necesitamos síntesis, categorías para mencionar las cosas. No podemos discriminar todo en tantos subgrupos porque no hay posibilidades de pensar sino”, finalizó Sacheri.
